La decisión "se tomó a raíz de quejas de pilotos sobre olores nauseabundos en sus cabinas", explicó en un comunicado.
Las pruebas realizadas "detectaron la presencia de una sustancia cancerígena, la formalina", según esta fuente.
El mando del ejército del aire israelí ha comunicado los datos de que dispone a la compañía estadunidense Lockheed Martin, fabricante de estos aparatos.
Los F-16 I Sufa estaban destinados a convertirse en la espina dorsal de la flota aérea israelí gracias a su capacidad de alcance de hasta 500 mil km.
Israel había hecho un pedido de 102 aparatos de este tipo por un valor aproximado de 4 mil 500 millones de dólares.
Fuente: Jornada.mx
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