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Cine para ver: Los Falsificadores



La vida de los géneros cinematográficos está más allá de modas pasajeras. Las situaciones y escenarios que plantean son idóneas para tratar algunos temas muy ricos en experiencias humanas. Sucede con el western, género cinematográfico por antonomasia, que basado en un contenido histórico apenas existente baraja siempre unos contextos tan determinantes (vida, muerte, honor, orgullo) y conocidos que permite crear situaciones muy ricas. Algo similar podría suceder, por poner otro ejemplo curioso, con las películas de submarinos, todo un subgénero que reaparece cada dos décadas. O mucho más claramente con las películas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial o “de nazis” como se las conoce popularmente.

El peligro de los géneros está en hacerse cómodo en sus reglas, en las normas que hacen funcionar las historias sin superarlas, sin plantear variaciones que hagan al público pensar que no está viendo la misma película que ya vio. En Los Falsificadores, la pereza inicial que sobrevuela al hecho de volver a ver narrados los crímenes de aquella masacre, es superado desde el inicio con acierto y soltura. Salomón Sorowitsch (excelente Karl Markovics) es un falsificador de origen judío, hedonista, egocéntrico y nihilista. Es un artista de la falsificación, el mejor, y su especialidad son los billetes bancarios. Es atrapado en Berlín en plena ebullición nazi, lo que le lleva indefectiblemente a un campo de concentración. Su experiencia como buscavidas, como superviviente natural, le hace destacarse entre sus compañeros al halagar a los oficiales nazis con dibujos y murales. Él y otros pocos compañeros se ven trasladados a otro campo donde se les encarga una extraña misión secreta: fabricar moneda falsa, libras esterlinas y dólares americanos para provocar la bancarrota del ejército aliado. Es la Operación Bernhardt.

El director Stefan Ruzowitzky realiza una narración de buen ritmo, basado en secuencias cortas de estructura algo teatral (los actores son los que se mueven dentro del cuadro y no la cámara) y un montaje rápido, picado, (Britta Nahler) que no se recrea en los sentimientos y situaciones que dicho genero ha explotado suficientemente. Además, el asunto de la película es un tema moral de cierta originalidad que enfrenta a dos antagonistas: Sorowitsch, dispuesto a hacer lo que sea para llevar a cabo las falsificaciones y salvar su pellejo y Adolf Burger (August Diehl), que una y otra vez sabotea el proyecto alegando que su éxito ayuda a los nazis a aniquilar a sus compatriotas. Las dos actitudes ante el mismo problema y la responsabilidad de las vidas humanas que hay en juego configuran el auténtico e interesante tema de la película.

Óscar a la mejor película extranjera 2008, Los falsificadores es un viaje en espiral de su protagonista desde el hedonismo absoluto hasta posiciones más humanas y menos materialistas en cuyo recorrido ha ido viendo caer a quienes no pudieron, no supieron o no quisieron continuar luchando por su vida.


Título original: Die Fälscher

Fecha de estreno: 14-03-2007

Web oficial: www.thecounterfeitersfilm.com |

Año: 2007 Duración: 98 min

Director: Stefan Ruzowitzky

Guión: Stefan Ruzowitzky

Intérpretes: Karl Markovics, August Diehl, Devid Striesow, Martin Brambach, August Zirner, Veit Stübner

Fuente: Fan Zine Digital

La 'Roja' casi completa: Marcelo Bielsa dirigió su primera práctica en Israel


Su primer entrenamiento en tierras israelíes dirigió esta tarde el técnico de la "Roja" Marcelo Bielsa, que comenzó a preparar el equipo con miras al duelo del miércoles ante los locales.

El estratego realizó la práctica tomando mayor consideración en el aspecto táctico, tal como ha sido su costumbre desde que llegó a la "Roja".

Además pudo tener gran parte del plantel a su disposición, luego del arribo de Matías Fernández (Villarreal), Mark González (Betis), Humberto Suazo (Monterrey), Waldo Ponce (Vélez Sarsfield) y Alexis Sánchez (River Plate).

Uno de los que habló fue el zaguero Cristián Alvarez, quien precisamente juega en ese país (Beitar Jerulalem), alabando el trabajo que ha realizado el estratego argentino al frente de la Selección.

"(Bielsa) Sabe todo. Si es que pregunta algo, él siempre sabe todo, pero si pregunta, le diré y tendrá todo muy claro", expresó a Radio Cooperativa.

Los entrenamientos de la Selección continuarán mañana, donde despeglaría las primeras fórmulas para enfrentar el miércoles a los locales.

Fuente: La Tercera

Israel vota ley a favor de "muerte clínica" que facilita donación de órganos



El parlamento israelí aprobó este lunes una ley que decreta, como en la mayor parte de países occidentales, la "muerte clínica" como "muerte legal" y que facilitará la donación de órganos, informaron fuentes parlamentarias.

La nueva ley permitirá a los médicos de poder iniciar los trámites para la donación de órganos de aquellos individuos cuyo cerebro deja de funcionar, pero que el corazón continúa funcionando.

La ley presentada por el gobierno fue adoptada en segunda y tercera lectura por 24 votos contra 5, de un total de 120.

La oposición ultraortodoxa se oponía a esta ley basándose en la tradición religiosa que dice que un hombre no muere hasta que su corazón no deja de latir.

Una parte de los rabinos judíos, sin embargo, considera legítimo extraer los órganos de una persona en estado de "muerte clínica".

El parlamento también aprobó una ley que fomenta la donación de órganos de personas vivas a cambio de una indemnización, aunque penaliza el tráfico de órganos.

La muerte clínica, a diferencia de la muerte por parada de la circulación cardiaca, preserva ciertos órganos durante más tiempo para poder transplantarlos.

Fuente: AFP

Cheney: Hamas sabotea negociaciones de Israel y palestinos


El vicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney acusó el lunes a Hamas de "torpedear" las negociaciones de paz entre los palestinos e Israel, con el respaldo de Siria e Irán.

Luego de reunirse con periodistas tras una reunión con el primer ministro de Israel Ehud Olmert, Cheney dijo, "Se trata, claramente, de una situación difícil, en parte, porque ... existen evidencias de que Hamas está respaldada por Irán y Siria y está haciendo todo lo posible para torpedear el proceso de paz".

Luego de su reunión con Olmert, Cheney viajó a Turquía, y pasó la jornada en Ankara en conversaciones con el presidente Abdullah Gul, el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan y el jefe de las fuerzas armadas, Yasar Buyukanit.

El ejército de Turquía concluyó en fecha reciente una incursión de ocho días contra el norte de Irak. Estados Unidos comparte información de inteligencia con Turquía, su aliado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, en su lucha contra rebeldes curdos, que usan bases en el norte de Irak para lanzar ataques contra Turquía.

Sin embargo, los curdos son los principales aliados de Estados Unidos en Irak, y las incursiones turcas han causado tensiones entre ambos aliados.

Fuente: Houston Chronicle

El conductor de Hizbulá reitera la amenaza a Israel por el asesinato de Mugnieh



El jefe del grupo chií libanés Hizbulá, jeque Hasan Nasralá, reiteró hoy su amenaza a Israel por el asesinato del jefe militar de esa agrupación, Imad Mugnieh, perpetrado en febrero pasado en Damasco. "Los israelíes deben saber que nuestra sangre no se derrama en vano en las calles. El que mató a nuestro líder debe ser castigado en el momento, lugar y con el medio que decidamos", subrayó Nasralá en un vídeo retransmitido ante miles de seguidores en la "Sala de los Mártires", en el sur de Beirut.

El máximo jefe de Hizbulá pronunció el discurso con ocasión de cumplirse los primeros cuarenta días de la muerte de Mugnieh, que perdió la vida en un atentado el 12 de febrero pasado en Damasco, y que Hizbulá ha atribuido a Israel.

Nasralá afirmó que Israel había cometido una "gran estupidez" al acabar con la vida de Mugnieh, y la prueba de ello es que [los israelíes] viven con miedo e inquietud. "Dejadlos tener miedo. Que conozcan ese sentimiento que hicieron sufrir a nuestros pueblos durante mucho tiempo", agregó, en alusión a que Israel teme una acción de venganza de Hizbulá por la muerte de Mugnieh.

Asimismo, el líder chií reveló que a pesar del asesinato de ese dirigente, nunca se han interrumpido las negociaciones indirectas con Israel para obtener un canje de prisioneros.

Nasralá no descartó la posibilidad de que "Israel deje de existir" y advirtió a los países europeos que no caigan en "las trampas" que le están tendiendo "algunos grupos norteamericanos y sionistas, que solo buscan a provocar un conflicto entre Europa y el mundo árabe.


Fuente: La Vanguardia

Israel detendrá negociaciones de paz con Palestina si Hamas y Al Fatah se unen



El movimiento islamista Hamas, que controla la Franja de Gaza, acordó ayer en Saná, bajo mediación del gobierno yemení, reanudar sus conversaciones con el grupo Al Fatah del Presidente Mahmmoud Abbas.

Israel paralizará las negociaciones de paz con los palestinos si las facciones rivales de Hamas y Al Fatah vuelven a acordar una coalición de gobierno en los territorios autónomos, informó hoy la radio israelí citando fuentes gubernamentales.

El movimiento islamista Hamas, que controla la Franja de Gaza, acordó ayer en Saná, bajo mediación del gobierno yemení, reanudar sus conversaciones con el grupo Al Fatah del Presidente Mahmmoud Abbas.

Nimer Hammad, asesor de Abbas, señaló entre tanto a la radio palestina que el representante de Al Fatah en Saná, Asam Ahmad, no estaba autorizado a firmar el documento de entendimiento con Hamas, y que debió haberlo presentado al Presidente palestino para su análisis.

Ahmad aseguró en cambio haber conversado con Abbas por teléfono para informarlo detalladamente sobre el contenido de la declaración conjunta. Firmó el documento, que calificó como "marco para el diálogo", por indicación de Abbas, indicó el delegado de Al Fatah.

Al Fatah exige como condición para reanudar los contactos con Hamas el regreso a las condiciones previas a la toma del control por la fuerza de los islamistas en la Franja de Gaza, en junio pasado. Hamas reclama por el contrario restablecer el diálogo sin abandonar el poder. El portavoz de Hamas, Aiman Taha, afirmó en Gaza que los contactos serían reanudados el 5 de abril.


Fuente: La Tercera

Aparecen pintadas esvásticas nazis en estación de tren en Israel



La estación de tren de la localidad de Herzliya, situada al norte de Tel Aviv, amaneció hoy con esvásticas nazis pintadas con spray en sus paredes.

La policía ha abierto una investigación, pero por el momento no ha detenido a ningún sospechoso, informa el diario local Yediot Aharonot en su versión digital.

La aparición de las cruces gamadas a vuelto a poner en evidencia la existencia de grupos neonazis en el corazón del Estado de Israel.

El pasado mes de septiembre, por primera vez en los sesenta años de vida del Estado de Israel, la Policía desmanteló una banda neonazi de jóvenes inmigrantes de la ex Unión Soviética.

Ocho jóvenes con edades comprendidas entre los 17 y los 21 años fueron entonces acusados de atacar a decenas de personas y pintar esvásticas en sinagogas.

Este hecho reabrió el debate político sobre la Ley del Retorno, que garantiza la ciudadanía israelí a personas de todo el mundo que quieran emigrar a este país y puedan demostrar que al menos uno de sus abuelos o abuelas era judío.

Fuente: El Universal

Madonna se disfrazó de la estrella francesa Edith Piaf, para celebrar Purim



La cantante estadounidense Madonna, de 49 años, se disfrazó de la estrella francesa Edith Piaf, para asistir a una reunión especial en el Centro de la Cábala en Londres.

Según informó hoy el tabloide inglés The Sun, la "chica material" arribó el jueves disfrazada al evento religioso para celebrar el festival judío de Purim.

A la celebración asistió además el esposo de la cantante, el director británico Guy Ritchie, de 39 años, quien llegó disfrazado del personaje de historietas Asterix.

De acuerdo al Sun, la pareja casada en 2000 sufre en la actualidad de inconvenientes matrimoniales.

Madonna y Ritchie, que residen en Londres, tienen tres hijos, Lourdes, de 10 años, Rocco, de 8, y el adoptado David Banda, de dos.

Fuente: La Tercera

Novela historica recomendada: El aprendiz de cabalista, de César Vidal

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Con el apresamiento del rabí Hayim Cordovero, judío ya anciano y personaje central, César Vidal comienza esta novela histórica. Hayim, enseguida, dará rienda suelta a sus recuerdos y permitirá al lector comprender que durante su infancia se produjo la expulsión de los judíos por orden de los Reyes Católicos.

Con la conquista del reino de Granada y la expulsión de los judíos, los Reyes Católicos creyeron cerrar las divisiones de los distintos reinos de la península Ibérica. Todos los españoles serían iguales en cuanto a derechos y obligaciones, y también en cuanto credo religioso y raza.

Un pueblo unido dispuesto a extenderse en toda Hispanoamérica (desde Florida a la Punta de Fuego) y a consolidar su influencias en el viejo continente mediante la unión del hijo de Juana la loca y Felipe de Habsburgo, Carlos, con Isabel de Portugal.

El rabí Hayim Cordovero se pregunta porqué el rey Carlos I le ha hecho apresar. Y mientras espera la llegada del monarca ofrece al lector un repaso del momento histórico de España y de sus circunstancias personales. Tras la expulsión, el rabí, niño aún, se marcha a París y allí conoce a otra rabí que le enseñará toda la ciencia necesaria para interpretar las Sagradas Escrituras y posteriormente el modo de utilizar el poder de la Cábala Judía, en el más estricto de los secretos.

Llega el monarca y el rabí Hayim Cordovero es interrogado. Carlos I desea saber si el rabí querría, con el poder de la Cábala, ayudar a los tercios españoles que peleaban en Pavía, en 1521. Cuenta la historia que los españoles llevaban las de perder e inesperadamente, no sólo ganaron la batalla, si no que además hicieron prisionero al propio rey francés.

Contra todo pronóstico, el judío pronostica la victoria sobre el rey francés, ya que fue Francia uno de los países que acogieron a los judíos expulsados por orden de los Reyes de España. ¿Por qué acepta ayudar al nieto de los Reyes Católicos, que expulsaron a el pueblo judío de Separad, que así denominaban a España? ¿Por qué en contra del rey francés?

Ahora que ya es anciano, que ya ha enterrado a su bella esposa, ¿qué sentido tiene que se dedique a granjearse la amistad de Carlos I?

Al rabí Hayim Cordovero también le persiguen sus fantasmas personales: su sentido de culpabilidad por haber utilizado el poder de la Cábala en beneficio propio. Las consecuencias de su conducta inapropiada, incorrecta, es lo que decidió el destino de su pueblo. Como Cristo con los brazos en la cruz, transido de dolor, se propone redimir a su pueblo ¿lo conseguirá?

Novela histórica y también, en cierto modo, policíaca pues hasta el último momento no acierta el lector a entender las motivaciones de los hechos históricos que aquí se representan.

El preso B-2930 de Auschwitz que llegó a juez del Tribunal de La Haya



Es afable, tierno, de hablar tranquilo, y en él, en sus rasgos de hombre de 73 años, se reconoce a la perfección la mirada, idéntica, inocente, sin un ápice de tristeza o rencor, de aquel niño nacido de familia judía alemana el 11 de mayo de 1934 en Lubochna (antigua Checoslovaquia); que crecería en el gueto de Kielce, y sobreviviría a los campos nazis de Auschwitz y Sachsenhausen y a la terrible "marcha de la muerte" de 1945.

Algunas fotos de la infancia en familia -muy pocas, porque sus pertenencias fueron borradas del mapa tal y como sucedió con las de millones de judíos detenidos y/o asesinados- aparecen en el libro que acaba de publicar en Alemania, titulado Ein glückskind (editorial S. Fischer); algo así como un chico con suerte, afortunado; algo que una pitonisa le dijo un buen día y que él no creyó, pero su madre, sí, y eso fue lo que alentó su esperanza de encontrar a su hijo al final de la guerra.


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Un título optimista, irónico, que refleja el modo en que Buergenthal consiguió sobreponerse a aquel tiempo trágico, a la dura vida cotidiana, al miedo y la desolación. "Éste es el relato de mi primera vida", dice. Y enseña el número de prisionero que aún conserva tatuado en su brazo: el B-2930. "El de mi padre era el B-2931. No me lo quiero borrar. Nunca quise. Es parte de mi vida, es mi identidad; incluso lo usé como clave en mi ordenador".

Thomas Buergenthal nació en 1934, de padres judíos alemanes, en Lubochna (hoy Eslovaquia). Con solo 10 años ya había sobrevivido a dos guetos, a los campos nazis de Auschwitz y Sachsenhausen y a la terrible marcha de la muerte de 1945.


Por sobrevivir a aquello, asegura, nunca se sintió culpable, sino victorioso. Aunque las pesadillas -"me enfrenté a ellas y vencí; me quedan las sensaciones, los dedos congelados del pie que me amputaron, que duele cuando hace malo..."- y los recuerdos tardaran en difuminarse y permanecieran prendidos en su mirada durante mucho tiempo.

Como cuando llegó en barco a Estados Unidos, en 1951, y vio las lucecitas de Nueva York: "Me parecían crematorios a lo lejos". Allí, en EE UU, inició su segunda existencia. Se formó, se convirtió en profesor universitario, fue miembro de la junta directiva del Museo del Holocausto en Washington -"es magnífico, un museo vivo; pero, ¿sabe?, nunca pude recorrerlo"-, se convirtió en persona de referencia en derecho internacional.


Y Buergenthal es hoy juez norteamericano en el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ), en La Haya, máximo órgano judicial de la ONU; una institución creada en 1945 para resolver disputas legales entre Estados que, junto con la vecina Corte Penal, creada en 2002, es referencia en derechos humanos. "No renovaré en 2014, es hora de iniciar la tercera fase", bromea este hombre que cree que la justicia es una casa que se va construyendo "ladrillo a ladrillo".

Quince jueces forman parte del TIJ; profesionales de distintos países, religiones y posturas ante los sucesos de un mundo sobre el que Buergenthal no se hace grandes ilusiones. ¿Volverá a suceder en Europa lo que ocurrió en Alemania hace 70 años? "Ya ha ocurrido: en los Balcanes, aquí mismo, hace nada", asegura justo ahora en que el TIJ ha exculpado a Serbia de su conducta en la guerra de Bosnia-Herzegovina y define lo sucedido en Srebrenica como genocidio musulmán.


Y ahí está su autobiografía parcial, la historia de alguien perseguido por creencias que ni siquiera tuvo -"ser judío es para mí no sólo cuestión religiosa; es ética, cultura, historia, tradición..."-, escalando listas de venta en Alemania y a la espera de editarse en otros países. ¿Por qué sigue interesando tanto lo relacionado con el Holocausto? "Porque vamos quedando pocos; los protagonistas de aquel tiempo somos ya parte de la historia antigua". Una época que se cerró para él, para muchos, para la historia, cuando los soviéticos le liberaron del patíbulo de Sachsenhausen. Dijeron: "Sois libres, podéis marcharos". Y él pensó: ¿adónde? Y hasta aquí ha llegado.

Su libro está escrito de forma tan contenida que impresiona... Narra la vida en los campos, la muerte, la humillación, como si estuviera describiendo una tarde de domingo en casa. ¿Lo ha hecho adrede?


No. Salió así. Cuando escribía, mis nietos y mi esposa me decían que pusiera más corazón... Pero yo tuve que parar a veces preso de la emoción, al describir el momento, por ejemplo, en que me reuní de nuevo con mi madre en 1946, en Gotinga: ella estaba allí en el andén esperando sola; la vi desde el tren, nos habían separado en Auschwitz, y yo no pude hablar, sólo llorar. "¿Y papá?", le pregunté, y ella negó. O cuando asesinaron a mis hermanos: los llevaron vivos al cementerio judío, y allí... Fue doloroso recordarlo.

¿Cómo sobrevive uno a tal experiencia?


Es fácil si uno tiene la suerte de embarcarse en un trabajo apasionante, encontrar una familia que le quiera... Van transcurriendo los años y te engulle el hecho en sí de vivir. Poseemos un mecanismo ante el dolor, como el de las mujeres al parir, que hace que olvidemos. Además, haber vivido aquello de pequeño fue una ventaja. Los niños no analizan, viven la vida como viene. Olvidé antes y he tenido más tiempo para mi segunda vida, que ha sido muy buena. Para mi madre, sin embargo, fue durísimo. Para esa generación fue terrible; lo perdieron todo...

Desde el fin de la guerra hasta 1951, en que emigró a EE UU, permaneció en Alemania, y era el único niño judío en la escuela?


Sí, en los primeros meses fue muy difícil. Porque mi padre no regresó... Y nunca fue igual. Estábamos en la misma ciudad, en la misma casa en Gotinga, sin él... Mi madre supo, unos meses después del fin de la guerra, que él había muerto. Ella regresó a Kielce, donde estuvo el gueto, y allí le contaron que le habían matado... No estaba muy claro lo que había sucedido conmigo... Así que mantuvo la esperanza de encontrarme. Era una mujer con una fuerza increíble, con unas ganas ... Se casó por segunda vez y murió también su marido. Y luego una tercera. Vivió en Italia hasta 1991, que murió con 79 años.

Usted dijo que sólo sintió odio, deseo de venganza, en dos momentos de su vida.


Sí, uno tras la guerra, cuando en Gotinga me cruzaba ante los grupos de alemanes despreocupados, y otro mientras escuchaba los juicios de Núremberg pegado a la radio y sentía una felicidad extraña; aquello de: los han cogido, van a pagar por fin. Creo que fue importantísimo que el proceso se celebrara allí donde estuvo la sede nazi. Por eso mismo, luego, siendo yo ya juez, me opuse al juicio de Eichmann en Israel [nazi encargado del transporte de judíos, juzgado y colgado en mayo de 1962]. Pensaba que lo importante no era que muriera, eso no ayudaba ya, sino que el proceso se celebrara en Alemania.

Cuando desaparezcan todos los testigos de aquel tiempo de guerra, ¿se tergiversará la historia de lo que fue?

Sí, de hecho ya ha cambiado. Los historiadores se copian mucho unos a otros. Lo vi, por ejemplo, en el anexo que se publica en la edición alemana del libro, con detalles del contexto de la guerra. Cuando lo revisé descubrí muchos errores. Por ejemplo, en Auschwitz existía un pabellón de niños en el campo D y la autora insistía en que no... Así que me tuve que poner a buscar hasta que se lo demostré. Otro detalle: muchos libros sobre el Holocausto hablan de que al llegar a Auschwitz había una selección. Se da por sentado siempre. Pero no era así... A mí no me seleccionaron. Son cosas sin importancia, pequeñas, claro, no es la historia con mayúsculas...

Pero la historia se construye de detalles...

Sí. Por eso me puse a escribir. Tenía necesidad. Para mis niños, para mis nietos. Aunque a los hijos tengo la impresión de que no les interesa mucho [se ríe].

Quizá a ellos les resultaba doloroso.

Sí, eso dice mi esposa. Que no quieren, que prefieren no saber...

¿Dice usted que no ha visto películas, ni leído libros, ni tampoco ha visto las grabaciones de los americanos o rusos cuando liberaron los campos de concentración...?


No. Nada. Nunca. Ninguna documentación. No puedo. Me afecta de manera increíble. Escribirlo, no, pero ver imágenes... Quizá porque parecen reales. Y no puedo ver los uniformes alemanes... No puedo. Aquí en La Haya rodaron una vez una película en una plaza. Todo el edificio lo decoraron con las banderas nazis... Lo vi y me tuve que ir de la opresión que sentía...

Su historia se parece a la de Roberto Begnini en su filme 'La vida es bella'. La de un niño al que su padre salva mediante la fantasía, disfrazando la verdad.


Sí, eso dicen. Pero hay una gran diferencia: a mí, mi padre siempre me contó lo que sucedía. Para mí fue muy importante saberlo. Me enseñó también a hacerme invisible, que no me vieran; eso era un seguro para sobrevivir.

Plantea usted en sus reflexiones un tema importante: ¿por qué hay personas que pueden mantener el coraje, la dignidad y la honradez en situaciones límite, y otras, no?

Me lo preguntan mucho esto. Lástima no disponer de la receta. Lo curioso es que a veces se produce en personas de las que no se espera. Los alemanes lo llaman zivil courage. Se tiene o no se tiene.

Las distintas actitudes de los alemanes y las contradicciones de aquel tiempo las describe usted muy bien en una anécdota ocurrida al regresar a Berlín en tren en 1945, cuando una señora les grita al pasar: "¡Otra vez huele a judío!", y dentro, mientras, un oficial de las SS le ofrece su café...

Esa anécdota me acompañó toda mi vida. ¿Cómo es posible? La mujer de la calle expresó su odio y el oficial mostró un gesto inesperado de humanidad. ¿Por qué unos se oponen a participar en crímenes colectivos y otros no? Es interesante. Por ejemplo, cuando formé parte de la Comisión de la Verdad para El Salvador, entrevistamos a muchos militares que confesaron su necesidad de castigar, de matar... Y otros que para hacerlo debían recibir órdenes... Un misterio.

Y siguiendo con los trenes, cuando iban en uno por Checoslovaquia, la gente por los caminos les tiraban pan para que no murieran de hambre. Sabían lo que sucedía. ¿Y los alemanes también lo sabían?


El ciudadano alemán sabía que éramos prisioneros y moríamos. Pero no los detalles del sufrimiento en Auschwitz o Treblinka? Nosotros mismos, cuando estábamos en el gueto, pues nos contaban cosas de Auschwitz y decíamos: "No, no puede ser, exageras". Nos negábamos a creerlo. Y eso sucedió con la mayoría de alemanes; sabían que nos perseguían, pero no pensaban que se trataba de millones? No sé, para mí es duro decir que lo sabían. Quizá es que yo soy muy tolerante [ríe].

Y otro misterio. A los judíos y otros prisioneros los movían en tren, a pie; los trasladaban de aquí para allá constantemente... Puestos a matar como mataban, los nazis podían haberlos eliminado a todos sin más... ¿Por qué lo hacían?


Sí, y usaban soldados, trenes, energía en ello... Era todo muy alemán. No tenía sentido. Nada lo tenía. Por ejemplo, muchos judíos alemanes eran más alemanes que los propios alemanes... Si los nazis les hubieran pedido luchar por su patria, lo habrían hecho sin dudar. Y los asesinaron a todos... Un desastre para la economía, la ciencia, el comercio... Pura locura.

Ha dicho usted que de alguna manera el Holocausto fue un entrenamiento en el siglo XX para genocidios posteriores...

Sí. Es lo terrible. Pensábamos que se había terminado, y ahí está en Bosnia, en Ruanda, en Somalia, en Camboya...

¿Y qué papel puede desempeñar la justicia en esto? Si en la ONU tuvieran mayor sintonía quizá tendría más influencia el TIJ?


Claro, ése es un buen problema.

¿Por qué hay siempre más acuerdo para hacer la guerra que para hacer la paz...?

¿Cuánto tiempo dice que tiene para poder explicárselo...? Las ambiciones de los políticos... Ése es un factor muy importante en los problemas del mundo actual. Muchos piensan que van a salvar el mundo.

¿Y qué hay de la guerra de Irak? ¿No sucedió también eso? Un presidente que...

Claro. Ojalá que el actual Congreso de Estados Unidos pueda hacer algo.

¿Por qué el pueblo norteamericano, la gente de la calle, no reacciona? O al menos eso nos parece desde aquí a los europeos.


Bueno, reacciona, pero lentamente. Desde que llegué al país ha sido así: McCarthy, Vietnam, ahora Irak... Dura años hasta que la gente ve lo que sucede. Un país tan grande, una democracia tan extensa, una federación de tantos Estados... Dura años. Por ejemplo, al empezar a enseñar en la universidad organicé un seminario sobre derecho internacional y la guerra de Vietnam... Tuve cuatro estudiantes. ¡Y dos años después me dicen que por qué no monto un curso sobre el tema...! Y ahora con Irak... Bueno, hasta la prensa norteamericana no estuvo fina. Les faltó la fuerza para preguntar lo que debían...

Todo el mundo creyó lo de las armas químicas... Pero en Europa la gente salió enseguida a la calle con la simple mención de la implicación en la guerra, los muertos...


Sí, yo también lo creí. Pero hay que entender que Estados Unidos lo forman más de 300 millones de personas, y el 90% de ellas nunca vivió fuera, no tiene pasaporte, nunca ha viajado, su imagen del mundo es la televisión... Eso explica mucho. Y luego, es que tienen una fe grandísima en su Gobierno... Eso ayuda mucho a una democracia, sí. Pero también sirve para engañar mucho. Porque ellos creen que los políticos dicen la verdad; creen que, si mienten, el sistema los descubrirá siempre. Pero claro, ese siempre es años después, y ya no hay remedio...

La noticia de su elección como juez del TIJ le llegó mientras visitaba Auschwitz...

Sí, fue durante la Administración de Clinton. Bueno, ya le dije, nunca quise leer, saber o visitar esos lugares, pero un amigo quería escribir un libro sobre mí y me convenció. Yo estaba en Suiza con el caso de las cuentas secretas. Era enero, aquello estaba congelado, y yo me preguntaba: ¿cómo pude sobrevivir aquí?


En los estatutos del TIJ dice que para este cargo se elige a personas de alta moralidad, independencia y gran capacidad...

Bueno, tenemos de todo [se ríe].

¿Tiene que ver su experiencia con su dedicación luego a los derechos humanos?

La relación entre lo que uno vive y lo que luego es, siempre es interesante. Supongo que sí. Pero nunca pensé en ello. Uno empieza una carrera y no piensa: voy a hacer historia con esto. No. No estudié derecho internacional porque pensara que iba a salvar el mundo... Y todavía no lo pienso.

¿No cree que influye lo que hace uno?


Bueno, influye, sí, pero poco. Uno tiene que darse cuenta de que no puede hacer grandes cosas; que lo importante es hacer pequeñas cosas, y que si todos las hacemos, tendremos gran influencia? Pretender hacer grandezas puede ser hasta peligroso.

¿Pero con ese fin ambicioso se crean organismos internacionales, la misma ONU?

Sí, pero lo importante es hacer todo lo que podamos por los demás. Es suficiente.

¿Cuáles son los grandes peligros que acechan hoy en su terreno, que condicionan el respeto a los derechos humanos?


Uno pasado por alto es que, en los años setenta y ochenta, Estados Unidos tenía una gran influencia sobre derechos humanos en el mundo. Y hemos perdido esa legitimidad. Eso es un gran peligro. No sólo para EE UU. Recuerdo que en los setenta, un norteamericano podía criticar a otros Gobiernos... Hoy no se puede. Bueno, se puede, pero no tiene efecto. Hemos progresado, pero... Hace dos décadas pensábamos que era importante intervenir en situaciones de violaciones..., y hoy, si algo sucede en Ruanda, no podemos, porque lo que se ha hecho en Irak... Nadie quiere. El coste es muy alto. Es una consecuencia de lo sucedido con Irak, más importante para el futuro de lo que se cree...

El Gobierno norteamericano perdió los nervios tras el 11-S y los neoconservadores han tomado ventaja...


Reaccionó de manera desacertada. Y algunos políticos vieron su oportunidad? Y ahí está la relación entre padre e hijo [Bush] para explicar muchas cosas [ríe].

En España, la reacción tras los atentados del 11-M fue sorprendente, pacífica...

Sí, impresionante. Y en el mundo entero, la solidaridad con EE UU en el 11-S fue enorme. Se leía en pancartas: "Nosotros también somos americanos". Lo nunca visto.

¿Cómo se van a desarrollar ahora los acontecimientos en Irak, Irán, Afganistán?

Es una situación muy dura. Lástima que no tengo ni la fe ni las soluciones. La fe, quizá sí, porque soy optimista, es difícil con mi vida no serlo; pero soluciones... Aunque a veces en política internacional hay situaciones que cambian de manera inesperada. Por ejemplo, cuando Sadat llegó a Jerusalén y abrazó a Arafat se produjo un cambio grande, o cuando Kissinger y Nixon fueron a China... Quién sabe.

Y además ahora existe otro poder, otro nuevo, al hilo de lo que decía Saramago: "Hay dos superpotencias en el mundo... Una es EE UU y la otra eres tú". La ciudadanía. ¿La gente sabe más lo que pasa?

Sí, se sabe más, pero distorsionado. La gente no lee periódicos serios como se leía antes. La información se mezcla con publicidad... Se sabe más, pero no mejor...

¿El miedo al terrorismo será una obsesión? ¿Su amenaza, un nuevo nazismo?

Sí, y lo peor es que los que atentan no tienen miedo a morir. ¿Qué se puede hacer contra eso? Es el gran sinsentido... Dejarse morir. O matar a más de los tuyos que del supuesto enemigo... Es verdad que en la historia ha habido este tipo de locuras, de locos, de atentados. Por ejemplo, en el siglo XIX, contra los reyes, los nobles, por parte de anarquistas y extremistas...

Usted dijo que ahora existe, además, un factor añadido: la alianza entre religiosos extremistas y políticos conservadores...

Sí, muy peligroso. Y faltan ideologías políticas. Por ejemplo, tras la caída del comunismo en Serbia y en otros países surgió un nacionalismo extremo como sustituto.

¿Se matan porque no tienen resuelto el problema de la identidad?

Exactamente.

De todas las actuaciones en su trabajo, ¿cuál ha sido la más gratificante?

Lo realizado en la Corte Interamericana de Derechos Humanos y en la Comisión de la Verdad para El Salvador creada por la ONU para acabar con la guerra civil. Fue para mí revivir lo vivido. Hermanos, primos que se matan unos a otros... Asesinaron al arzobispo de San Salvador y a los jesuitas españoles... Cuando entré en su casa, recuerdo que había una foto del arzobispo y le habían disparado una bala al corazón, en el cuadro... Los asesinos eran todos católicos y militares; uno de ellos era alumno de monseñor Romero. Matan a su Dios, me dije. Pero hicimos nuestro trabajo: hacer posible la reconciliación explicando el pasado y los actos de la gente. Con la esperanza de que el país pudiera vivir en paz.

¿Volverá a suceder lo que sucedió con el fascismo, el nazismo...?


Ha pasado: en los Balcanes, en Abu Ghraib.

¿A pesar de los controles?

Sí, pero tampoco quiero dejar una nota pesimista: Alemania y Francia se entienden, la juventud alemana es más europea que nunca; se puede viajar entre países sin visa; hay moneda común. Y hoy sería difícil en Alemania planificar tal exterminio... Y mi propia historia muestra que el mundo va a mejor... ¡Quién me iba a decir en Auschwitz que sería doctor por la Universidad de Heidelberg...? Hemos mejorado. Queda por hacer, pero mejoramos...

¿Sabrán las nuevas generaciones salir adelante en paz?

Estoy seguro.

Fuente: El País

 
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