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El Nobel de Química, Aaron Ciechanover: los países deben ser libres para investigar



El científico israelí Aaron Ciechanover, Nobel de Química del 2004, dejó por unos días sus investigaciones en el Instituto Technion, en Haifa, para aceptar una invitación oficial del Colegio Einstein, la Universidad San Francisco y la Embajada de Israel.

Durante su estadía en el país, el académico mantuvo algunas reuniones con profesores, estudiantes, médicos e investigadores.
Ayer ofreció una conferencia de prensa, donde afirmó que la investigación en un país pequeño no solo es viable, sino un buen negocio.
“La educación es la mejor inversión. En Israel, por ejemplo, no tenemos minas, petróleo ni oro; no tenemos nada, pero exportamos miles de millones de dólares en conocimiento. Inventamos nuestros propios medicamentos, dispositivos electrónicos y soluciones tecnológicas. La educación es el único motor que maneja mi país”.

El científico, de 67 años, enfatizó que si los países invierten en educación podrán alcanzar mayor desarrollo. China, precisa, tomó la decisión de invertir en ciencia y tecnología y está creciendo de una forma vertiginosa.

Al referirse a las áreas de estudio, recalcó que las universidades, en cualquier lugar del mundo, deben ser libres de investigar lo que decidan y los gobiernos no deben intervenir en ello.

En este sentido, el académico puso énfasis en fomentar el estudio de las ciencias básicas y dijo que solo después vendrá la tecnología. Desde que obtuvo el máximo galardón de las ciencias, Ciechanover viaja por el mundo fomentando el interés por la investigación. En otras ocasiones ha visitado algunos países de América Latina, entre ellos, Perú y Uruguay.

A principios de la década de los ochenta, este médico israelí y sus colegas publicaron sus trabajos en la prensa científica y en ella describieron la degradación de las proteínas, mediada por una molécula llamada ubiquitina. Además del Nobel, el científico ha recibido el premio Albert Lasker en reconocimiento a la investigación médica básica.

Fuente: El Comercio

El holocausto retrasó la creación del Estado de Israel



El Holocausto nazi no impulsó la creación del Estado de Israel en 1948, sino que la retrasó al exterminar gran parte de la juventud sionista, sostiene el investigador israelí Yehudá Bauer frente a una de las tesis históricas más extendidas.

'Pensar que Israel es un producto del Holocausto es un absoluto error', sentenció Bauer en un reciente seminario para periodistas organizado por el Museo del Holocausto, galardonado con el último Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.


Nacido en Praga en 1926, este historiador, considerado una eminencia en el estudio de la Shoah, sólo pierde su tradicional habla pausada para refutar la prevalente idea de que el Holocausto sensibilizó a la comunidad internacional de la necesidad de dotar al pueblo judío de un Estado.

Una interpretación de la Historia presente incluso en la Declaración de Independencia de Israel.

'El Holocausto nazi, que engulló a millones de judíos en Europa, probó nuevamente la urgencia de restablecer el Estado judío', reza el texto leído por David Ben Gurión en Tel Aviv el 14 de mayo de 1948, horas antes de que sus vecinos árabes iniciaran su primera guerra con el incipiente Estado hebreo.

Bauer argumenta, por el contrario, que 'el Holocausto casi hizo imposible la creación del Estado de Israel' porque 'impidió el establecimiento' en la Palestina bajo protectorado británico de una 'muy fuerte comunidad judía' al 'asesinar a la gente que hubiera ido allí'.

'Si no hubiese habido Holocausto, en vez de miles, hubieran ido a Palestina cientos de miles de judíos en enormes barcos' para huir del nazismo, del antisemitismo o, simplemente, por ideales sionistas, señala.

Estos potenciales emigrantes a la Tierra Prometida acabaron, en cambio, entre los '5,7 a 5,8 millones de judíos' aniquilados por el régimen de Adolf Hitler, un tercio del total en la época, agrega Bauer, autor de decenas de libros y artículos sobre la Shoah.

De haber escapado a los fusilamientos y campos de exterminio, habrían generado más conciencia entre la población judía de la importancia de dotarse de un país donde protegerse, señala.

'Si hubiera habido más supervivientes, hubiera habido más Israel', ilustró Bauer.

La emigración judía a Palestina desde finales del siglo XIX en el marco del movimiento sionista fue el principal desencadenante de los enfrentamientos con la población árabe autóctona.

Estas tensiones forzaron la retirada inglesa de Palestina tras la aprobación en la ONU en 1947 de un plan que establecía la partición del territorio en un Estado judío y otro árabe.

Precisamente, Bauer también sostiene su postura en los discursos de los representantes nacionales en Naciones Unidas durante esta ajustada votación.

'Sólo el delegado guatemalteco se refirió al Holocausto en su intervención. Entre el resto de países que votó a favor de la resolución, muchos lo hicieron para agradar a sus minorías judías, como EEUU; otros contra sus enemigos (como París contra Londres) y la Unión Soviética para sacar a Reino Unido de Oriente Medio', explica.

'Por eso, cuando los palestinos dicen 'hemos pagado por lo que le pasó a los judíos en Europa', es justo al revés', defiende.

Bauer tampoco duda en utilizar su argumento contra quienes critican el establecimiento del Estado de Israel por considerarlo una teocracia que ha causado décadas de dolor a la población palestina autóctona.

'No se puede negar que los palestinos han sufrido por el establecimiento sionista', pero oponerse a la creación del Estado de Israel es 'antisemita', salvo que 'se esté también en contra' de que 'los malayos o los bolivianos', por ejemplo, tengan su propio país.

En cualquier caso, el historiador advierte de que la voluntad de 'exterminación masiva forma parte de la naturaleza humana' y, por ello, nuevos genocidios han ensuciado el siglo XX en Armenia, Ruanda o Camboya.

'No hay que olvidar que los nazis podían haber ganado la guerra', recuerda sin querer siquiera pensar dónde estaría él entonces.

Fuente: Terra

Israel ganó Dobles en Australia



Jonathan Erlich, nacido en Argentina, y Andy Ram, nacido en Uruguay, que representando a Israel se impusieron hoy a los franceses Michael Llodra y Arnaud Clement por 7-5 y 7-6 (7-4) para conquistar en Australia su primer título de Grand Slam.

"No sé si la mitad del título, pero un 20 o 30 por ciento sí que es para Sudamérica. Argentina siempre está en mi corazón, y Uruguay, en el de Andy", dijo Erlich, de 30 años, 18 del ranking mundial de dobles y nacido en Buenos Aires, en el barrio de Belgrano. Tenía un año cuando su familia se mudó a Israel.

"Yo tengo a toda mi familia en Buenos Aires, y vengo de pasar tres semanas de vacaciones en Punta del Este, Montevideo y Buenos Aires", dijo con una sonrisa Ram, que nació en el montevideano barrio de Pocitos y a los cinco años se mudó con toda su familia a Israel.

Hacía rato que no se veía a un tenista tan contento por ganar un título de dobles. La alegría de ambos tras concretarse el triunfo fue desbordante. Se abrazaron, Ram subió en andas a Erlich, lo paseó "a caballo", se besaron, se volvieron a abrazar...

Fue el primer título de Grand Slam para Erlich, hincha de Boca, en tanto que Ram -fanático de Peñarol- sumó el éxito de hoy a los de dobles mixto que ganó en Roland Garros 2007 y Wimbledon 2006.

Para Israel, dicen, el título de hoy es un acontecimiento de primera línea.

"El primer ministro nos dejó un mensaje, dijo que le devolvamos la llamada cuando podamos. Lo llamé y no lo encontré", reveló Ram. "Esa es la manera israelí de hacer las cosas. El primer ministro nos pide que le devolvamos la llamada", apuntó Erlich con una sonrisa, antes de revelar que en el aeropuerto de Tel Aviv habrá aficionados esperándolos al regreso.

Ram, de 27 años y 18 del ranking mundial, es el más expansivo -no para de hablar- y el más "latino" de los dos, dueño de un claro acento uruguayo.

Hoy se entusiasmó con la propuesta de la cadena ESPN y cebó un mate en cámara, mientras una responsable de la Federación Internacional de Tenis (ITF) le repetía con cierto horror a su lado que no probara la infusión, porque aún debía someterse al control antidoping.

"Hoy tuvimos mucho más hambre que Clement y Llodra", resumió Ram el triunfo ante los campeones de Wimbledon 2007. "Esto es por lo que esperé toda mi vida, nunca creí que pudiera llegar este momento", agregó Erlich, que en 2003 estaba por dejar el tenis, recién divorciado y casi quebrado económicamente.

Pero recibió un llamado de Andy, su amigo desde siempre, y jugaron la clasificación para Wimbledon. En el siguiente torneo llegaron a semifinales. "La verdad, fue a Wimbledon sólo por los viáticos diarios que pagaban a los jugadores", dijo Erlich con su español con acento argentino-estadounidense.

Con el desafío de la Copa Davis ante Suecia en febrero en Tel Aviv -regreso al Grupo Mundial tras 15 años-, Ram y Erlich se sienten "embajadores de Israel", responsables de mejorar su imagen en el mundo.

"No hay que mezclar política con deporte", pidió Ram, antes de, pese a todo, zambullirse en un tema político. Shahar Peer, la número uno israelí, jugará el torneo de Doha, todo un hito para la representante de un país que sufre un veto casi total a la hora de competiciones deportivas en países islámicos. El ejemplo de Peer los impulsa a jugar en Dubai a principios de marzo.

"Quizás nosotros vayamos a Dubai... Si ella vuelve viva", dijo Ram, en broma pero en serio. "Si el jeque de Dubai nos da una visa no sé por qué no deberíamos ir. Jonathan tiene algo más de miedo, pero no de ir, sino de no volver".

Fuente: El diario de Yucatán

 
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