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Museo del diseño en Holón, Israel, obra del arquitecto Ron Arad


Cuando Bahaus fue clausurado por los Nazis en 1933, muchos de estos estudiantes emigraron o retornaron a Tel Aviv. Hoy, los 2700 edificios modernistas diseñados por esa generacion son no gustan a los residentes por sus linea de ascendencia germanica, a pesar de estar catalogados como patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Uno de las principales decisiones arquitectonicas tomadas por los emigrantes desde Bahaus fue poner balcones en los frentes de sus nuevos edificios en lugar de en las partes traseras. Cansados de esconderse los judíos de centro europa exponen su vida social abiertamente. El primer piso fue construido encima de una serie de columnas.

Ron Arad se crió en Tel Aviv y recuerda que «todas los juegos de escondites fueron hechos debajo de estos edificios. El rasgo característico de Tel Aviv fue su reacción a la represión más que en otros lugares cuyo Museo del Diseño en la cercana ciudad de Holón se abre en febrero de 2010.


Holon es una ciudad que se está re-inventando a sí misma culturalmente, con ambiciosos planes de inversión en temas culturales.

El diseño de Ron Arad para el museo, demuestra una aproximación escultural, combinando ingenio y una funcionalidad lúdica con un diseño altamente visual. En referencia a esto él dice:
“Cada proyecto es único: cada uno es una respuesta diferente. Cuando empezamos a trabajar en el Museo del Diseño Holon, fue como un lienzo blanco, sobre el cual se formó el proyecto. Generamos una jerarquía de espacios exteriores en las que se puede caminar bajo el edificio por un patio semi-cubierto, donde se tiene la elección de tomar la ruta del aire acondicionado u otra expuesta a los elementos del clima. El el recubrimiento del edificio no es solamente un espacio bello, sino también una estructura.”

El museo está compuesto de dos galerías primarias y un número de espacios de exhibición alternativa y educación. La galería superior (500m²) realza la abundancia de luz natural en Israel y las cualidades que puede traer a la exposición de elementos tridimensionales, a la vez que permite una flexibilidad para los curadores al modular los niveles de luz. La sala más pequeña (250m²) es más alta interiormente pero ofrece una relación más íntima entre el visitante y el objeto expuesto.


"Hemos permitido encontrado la respuesta a la pregunta de la relación entre los espacios de exposición y las circulaciones públicas. Estábamos capitalizando el espacio potencial entre las curvas de las cintas para que todas las superficies alrededor de las galerias y las instalaciones públicas encajaran cómodamente en todos los casos, creando galerías adicionales. Las cintas forman una visual clave que guía a los visitantes dentro del edificio, a través de él y luego fuera; las mismas se convierten en una cuerda que ata el edificio entero con el exterior."

Fuente: Arquitecture global networking

 
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