'Es un acto vergonzante', dijo la presidenta del Consejo Central de los Judíos de Alemania, Charlote Knobloch, atribuible a 'personas para las que sigue vivo el espíritu del nacionalsocialismo'.
El cementerio de Weissensee es 'uno de los más representativos' para la comunidad judía, prosiguió Knobloch, quien considera que no es casual que la profanación se haya llevado a cabo esta semana, en la que en Israel recuerda a las víctimas del Holocausto.
Una treintena de tumbas fueron destrozadas en la madrugada del pasado martes en ese camposanto, a lo que siguió la noche siguiente otra acción vandálica en la que sufrieron daños otras veinte lápidas.
El camposanto de Weissensee fue inaugurado en 1880 y en él están enterrados 115.000 berlineses, algunos de ellos judíos ilustres de la ciudad como el industrial Emil Rathenau y el hotelero Bertholt Kempinski.
Está considerado patrimonio cultural de la ciudad y, como el resto de museos, instalaciones e intereses de la comunidad judía de Alemania, está bajo vigilancia especial.
En el cementerio hay un monumento que rinde tributo a los seis millones de judíos asesinados en toda Europa por los nazis.
Fuente: EFE