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El Instituto de Ciencia Weizmann, en Rehovot, Israel presenta novedosa técnica que mejora el transplante de médula espinal


Un transplante de células sanas de médula espinal puede que sea la única esperanza para muchos pacientes con leucemia mieloide, un tipo de cáncer que afecta a la producción de glóbulos blancos sanos. Sin embargo, después de que las células cancerígenas y el sistema inmunológico del paciente resultan derrumbados por la radiación y la quimioterapia, la reconstrucción de la capacidad inmune de la persona es un proceso delicado y potencialmente letal.

La donación de células inmunes proporciona una protección a corto plazo durante las semanas posteriores a la operación. No obstante estas células inmunes también atacan al cuerpo del anfitrión, provocando la mortal enfermedad del injerto contra el huésped (GVH, en sus siglas en inglés). En la actualidad, un grupo de científicos israelíes acaba de desarrollar un novedoso sistema para prevenir esta reacción en los receptores de médula espinal, al tiempo que se les protege de infecciones peligrosas.

La clave reside en añadir unas células especiales inmuno-calmantes al material del transplante para prevenir que las células inmunes del donante ataquen al anfitrión, sin por ello comprometer su capacidad para combatir infecciones peligrosas. Los investigadores responsables del trabajo presentaron sus descubrimientos esta semana en la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Hematología en Nueva Orleáns.

El problema con la GVH se ve agravado por el hecho de que la mayoría de los transplantes proceden de donantes parcialmente emparejados, dado que los emparejamientos perfectos—aquellos con proteínas compatibles, llamadas antígenos del leucocito humano—normalmente no están disponibles.

Cuando el paciente y el donante no se emparejan perfectamente, una alta dosis de células madre, que maduran hasta convertirse en células inmunes, pueden sufrir el rechazo. El principio ha sido aplicado con éxito en modelos animales por Yair Reisner desde el Instituto de Ciencia Weizmann, en Rehovot, Israel.

Armand Keating, director de hematología y profesor de medicina en la Universidad de Toronto, afirma que el nuevo método, si finalmente resulta validado, podría ser particularmente importante para las minorías étnicas que necesitan transplantes de médula. “La gran mayoría de los donantes que figuran en los registros son personas blancas de origen noreuropeo. Esperamos que este nuevo método reduzca la mortalidad relacionada con las infecciones y con ello mejore los índices de supervivencia generales,” añade.

Fuente: MIT

 
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