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Para la actriz israelí Natalie Portman “la vida es un privilegio”


Con apenas 1.60 de altura, Natalie Portman sigue siendo la “pequeña” mimada de Hollywood desde que cautivó el corazón del público con aquel clásico del cine donde la protegía un asesino “profesional”. Y aunque está muy cerca de los treinta años (28 para ser más exactos), hace tiempo que demuestra madurez en todos los aspectos de su carrera.

¿Entre los actores, director, guionista, maquilladoras, iluminadores o técnicos, hay cierto orden de importancia para el rodaje de una película o las estrellas son realmente tan importantes como lo imaginamos todos?
Para mí, lo más importante en un rodaje es siempre el primer asistente de dirección y el catering (ríe). ¿No tengo razón? De verdad. Si el primer “AD” es malo, nunca vas a poder terminar una película.

¿Qué es lo que tanto te gusta de la actuación?
Muchísimo. (La actuación) te permite probar toda clase de cosas que a lo mejor no harías en tu vida normal. Jamás matarías a alguien en la vida, pero en una película se puede. Igual con el sexo (riendo), porque no tengo relaciones sexuales por cuestiones religiosas (más risas). Hablando en serio, es emocionante imaginar la existencia de otra persona. Es realmente una experiencia extracorporal, es pura práctica de empatía. Y es algo que también logra el público cuando se sienta a ver una película dos horas, preocupándose por la vida de otra persona. Es una gran práctica social para nuestra vida normal pensar lo que siente una persona o imaginar por lo que pasa en vez de pensar en nosotros.

En este caso en particular, al menos practicamos su propia teoría, pensando más en Natalie Portman que en nosotros mismos. Y para tenerla bien en cuenta, vale la pena contar que Natalie nació nada menos que en Jerusalén el 9 de junio de 1981 (el mismo día que cumple años Johnny Depp), con el verdadero apellido Hershlag, con un padre especialista en inseminación artificial y una madre que hoy sigue siendo su representante.

Con una mudanza que pasó por Washington hasta quedarse en Nueva York, con apenas once años, Natalie fue descubierta en una pizzería por un agente que sólo buscaba una modelo infantil, aunque seis meses después sorprendió con la brillante actuación de la película “El profesional” que cambió su futuro. En 1999 ya no pudo evitar la fama internacional cuando George Lucas la contrató para el rol de Queen Amidala en el eEpisodio I de “Star Wars: the Phantom Menace”, aunque ella no pudo ir al estreno de Hollywood porque tenía que estudiar para los últimos exámenes de la escuela secundaria.


Tomando la actuación muy en serio, Natalie se dio el lujo de rechazar la película “The horse whisperer” para hacer teatro en Broadway con “El diario de Ana Frank”. Y el personaje de Ann August en la película “Anywhere but here” casi ni lo hace hasta que cambiaron la escena original de un desnudo que figuraba en el guión porque Susan Sarandon se negó a protagonizar la película sin Natalie Portman. Conservando siempre la buena calidad de sus trabajos, la Academia de Hollywood incluso la nominó al Oscar por la película “Closer”.
Y más allá del cine, Natalie Portman apareció con la voz de la novia de Bart Simpson en la temporada 18 y en 2007 también estuvo en el video musical “Dance tonight” de Paul McCartney.

Habiendo estudiado Psicología en la Universidad de Harvard, Natalie asegura que selecciona demasiado su trabajo y lo demuestra con la calidad de las nuevas películas “Brothers” y “Love and other impossible pursuits”, que desfilaron por toda clase de festivales de cine antes de cualquier postulación al Oscar.

¿Se volvió una obligada costumbre ir a los festivales de cine después de haber pasado por Toronto, Venecia o aquella vez que estuviste como jurado en Cannes?
No sé... Me gustan los festivales de cine basados en el público porque hay muchos donde la gente no puede entrar o hay que ir en smoking para ver una película. Pero los prefiero cuando los espectadores crean el ambiente.

Y a la hora de elegir una película, ¿qué estilo de cine te gusta realmente?
Me gusta toda clase de cine. Tengo suerte de que la gente haya tenido la mente lo suficientemente abierta para permitirme un rango bastante amplio. Y películas como “Love and other impossible pursuits” son emocionantes porque combina el drama con el buen humor. Creo que es muy irreal en la vida cuando las películas son monótonamente dramáticas; supongo que se precisa el humor porque así es la vida. Cuando pasa algo trágico, a todos los que conozco les nace cierto humor negro. Cuando hay brillo, hay mucho más color. Es divertido. Ahora mismo estoy filmando una comedia muy divertida y me gusta aprender ese tipo de lecciones para incorporarlas en algo dramático, porque es una forma de trabajo completamente diferente.

¿Cuál es la comedia que estás filmando?
Se llama “Your Highness” con James Franco; es una película de fantasía sobre un príncipe arrogante.

¿Qué tan difícil fue convivir con el lado dramático de las películas “Brothers” y “Love and other impossible pursuits”, más allá de algunos tonos de comedia?
Estaba todo escrito en el guión, pero es lógico tenerle empatía al personaje. Con “Love and other impossible pursuits”, me acuerdo la primera vez que hablamos con el director. Siempre quisimos que no se viera como una comedia romántica, para mantener la realidad del personaje. Y tuve suerte de contar con el apoyo de grandes actores, también. Pero, por supuesto, me sentí bastante miserable durante el rodaje de las dos películas porque era imposible no llevarme el personaje a casa, pero gracias al apoyo que tuve el trabajo fue mucho más fácil.

Con dos historias muy diferentes, en ambas películas al menos comparte el mismo rol de madre. “Love and other impossible pursuits” justamente cuenta la complicada relación entre ella y el hijastro. Y en el caso de “Brothers”, le toca quedarse al cuidado de dos hijas, mientras su esposo (Tobey Maguire) se va a la guerra de Afganistán, con un drama que surge al recibir la noticia de su muerte, compartiendo la pena... y un beso con el hermano (Jake Gyllenhaal). Claro que el peor drama estalla cuando se enteran de que el marido nunca falleció.

¿Habiendo tenido que besar en una misma película a dos galanes como Jake Gyllenhaal y Tobey Maguire... no te preguntan quién besa mejor?
(Riendo) ¡Todo el tiempo! Filmar la escena de un beso, hoy en día, no es gran cosa, pero el beso con Jake fue el peor, por la situación de besar a un hermano sin saber si podrías recuperarte después de algo así. Y en la película, la verdad, es difícil perdonar a cualquiera de los tres personajes. Por suerte detrás de cámaras nos llevamos mucho mejor porque a Tobey lo conozco desde los 14 años y a Jake desde los 18. Hace más de diez años que nos conocemos y es la primera vez que hago una película con amigos. Estoy más acostumbrada a trabajar con gente que no conozco, donde de pronto me tocan escenas íntimas en la cama y tengo que pretender que dormimos juntos desde hace años. Es parte del oficio, pero fue interesante aprovechar en este trabajo la historia que tenemos los tres como amigos.

Hablando de amigos, en la otra película “Love and other impossible pursuits” aparece Lisa Kudrow, famosa por su personaje de Phoebe en la comedia “Friends”. ¿Con ella también eran “friends”?
No, pero siempre la admiré. Y fue fantástico, porque Lisa ya estaba contratada cuando empecé la película y tuvimos escenas muy emocionantes en el primer día que la conocí. Me ayudó mucho, hubo como una dinámica familiar y obviamente fueron muy amigables conmigo, aunque yo era la chica nueva.

El punto en común entre las películas “Brothers” y “Love and other impossible pursuits” es tu rol como madre. ¿Me equivoco o es la primera vez que apareces en cine como una mujer madura y casada, con hijos?
Sí, es cierto, aunque no lo tomo como un gran desafío porque mi madre es supermaternal y es el buen ejemplo que tuve toda mi vida. Pero definitivamente me atrae la idea de interpretar personajes adultos porque en la vida real también trato de serlo y supongo que es bueno practicarlo en cine. Es extraño porque obviamente trabajo desde muy chica y por eso creo que la gente todavía piensa que no crecí. Y suena bien tratar con temas que tienen que ver más con mi edad.

¿Cómo te imaginas dentro de diez años?
No lo sé. Ni siquiera sé si quiero trabajar. No sé si voy a poder seguir trabajando (como actriz). ¿Quién sabe? Es imposible imaginarlo. A lo mejor prefiera quedarme en casa, esperando a mi futuro esposo, que seguramente será médico y judío (riendo), cocinándole un buen estrudel o alguna comida judía, seguro (más risas).

Fuente: La Prensa (Honduras)

 
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