A juzgar por las palabras del jefe de la diplomacia de El Cairo, Aboul Gheit, a la Administración en retirada de George Bush y su gran aliado en Oriente Próximo se les pasó por alto el pequeño detalle de contar con Hosni Mubarak a la hora de jurarse que secarán cualquier contrabando de armas a Gaza, cuando el mayor coladero son los túneles de Rafah, bajo la frontera entre Egipto y la franja. Y en segundo término, el tráfico por el Mar Rojo o el Mediterráneo, vía aguas que también competen a Egipto.
Mubarak ha dejado claro que no aceptará tropas internacionales en su suelo para que le vigilen sus fronteras. «No tenemos en absoluto ningún compromiso con ese acuerdo, no sabemos nada de el y no nos preocupa para nada (...)», sentenciaba ayer su ministro de Exteriores, poniendo en evidencia el malestar que en Egipto ha producido enterarse, casi por los periódicos, de que la impermeabilización de su propio territorio es la razón por la que ahora Israel ha decidido poner fin por sí mismo a la guerra.
Sin entrar en especificidades, se habla de que el «acuerdo» proveerá de tecnologías, consultores e información de inteligencia para controlar el contrabando hasta provocar su fin. El desarrollo del plan sobre el terreno será cosa de Barack Obama en Estados Unidos, y en El Cairo, Mubarak podría admitir asesores militares o civiles, posiblemente turcos, de la OTAN o la UE.
No en vano, el presidente egipcio ha convocado de urgencia para hoy una cumbre en Sharm el-Sheij en la que se espera la presencia de sus homólogos europeos de Francia, Reino Unido, Italia o España, y en la que, sin duda, se abordará el cómo y cuándo de la ejecución de este plan. Por lo pronto, el primer ministro británico, Gordon Brown, ya ofrecía ayer sus unidades navales para colaborar en la lucha contra el contrabando, que incluirá patrullas en el Golfo Pérsico.
Para Egipto y para la Autoridad Nacional Palestina, el control de la frontera de Rafah está escrito desde 2005: cada uno debe vigilar su lado. Probablemente, el moderado Mahmud Abbás viaje también hoy al Sharm el-Sheij. Se sabe perfectamente bien que acorralar a Hamás, es algo tan conveniente no solo para Israel sino para el mandatario egipcio, como para el palestino.
Fuente: ABC (España)