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Información que apoya al terrorismo, por Espino Perigault



Los países democráticos, que valoran como bastión del sistema a la opinión pública, deben sentirse amenazados por el manejo irresponsable y tendencioso de la información sobre el conflicto en Gaza que presentan los llamados “grandes medios”, electrónicos e impresos, respetados alguna vez por sus equilibradas coberturas: es decir, divulgar las dos versiones de un suceso.

Esa imagen de seriedad y de respeto a la verdad se ha perdido, o se está perdiendo. Las plañideras versiones de los voceros defensores de Hamas (que no de los palestinos) han encontrado conveniente acomodo en el irresponsable comportamiento de medios y periodistas que parecen sufrir del complejo de villanos.

Vemos, así, que los “poderosos” aviones israelíes asesinan a inocentes niños y mujeres (a veces encintas) y a amables abuelitos de probables aprendices a suicidas del Ejército de Alá. Los cohetes de Hamas, por otra parte, parece que son de juguete y nunca causan daño, salvo por accidente.

Un periodista preocupadísimo por los derechos humanos (de los palestinos), señalaba que el ejército de Israel era muy superior a las pobres milicias palestinas y que, por esa razón, Israel había causado (en ese momento) más muertos a los palestinos, que los causados por los palestinos a los israelíes. Para ese periodista del “fair play”, las cosas, seguramente, serían más correctas si el número de muertos fuera un poco más parejo.

Igual sucedió en los ‘70, del siglo pasado, hasta que los medios descubrieron que los terroristas de entonces (secuestradores de aviones) les tomaban el pelo, utilizándolos como agentes de propaganda para sus causas criminales. Los terroristas concedían conferencias de prensa, entrevistas, permisos para filmaciones y hasta cobraban por exclusivas; ello gracias a la feroz competencia democrática de los medios. Cuando decidieron informar con seriedad sobre el problema y los acontecimientos, se pudo terminar con el secuestro de aviones, por la gran ayuda que representó la información bien divulgada. No debe olvidarse la historia.

El autor es comunicador social. miguelespinop@hotmail.com

Fuente: La Estrella (Panamá)

 
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