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Complicidad con la causa islámica



Venta de iglesias cristianas, mientras las mezquitas comienzan a proliferar. La inauguración oficial de la mezquita de Créteil en la periferia sur de París es percibida como el último de los acontecimientos simbólicos de este proceso sin precedentes.

Créteil es una antigua ciudad obrera, con unos 90.000 habitantes, 20.000 de los cuales son musulmanes. Durante siglos, la ciudad fue la sede oficial del obispado católico. A partir de los años ochenta del siglo pasado, la población musulmana comenzó a crecer, con exigencias culturales y religiosas propias.

El Ministerio del Interior tiene censados otros doscientos proyectos de edificación de mezquitas en París y capitales de provincias, como Marsella, Estrasburgo, Nantes, Tours, Saint-Denis y Cergy-Pontoise. Decenas de otros proyectos están en marcha en toda Francia, donde ya existen entre 2.000 y 2.500 centros de culto musulmán, frecuentados con mucha asiduidad por la comunidad de creyentes.

La proliferación de grandes, medianas y pequeñas mezquitas en la periferia de París y en toda Francia se beneficia de una cierta complicidad administrativa de las autoridades municipales, nacionales e incluso religiosas católicas.

En muchos casos, como ocurre en Créteil, la alcaldía concede a la comunidad musulmana unos terrenos cedidos en unas condiciones urbanísticas y económicas excepcionales. Al mismo tiempo, los poderes públicos aceptan complejas operaciones financieras. Por su parte, el Instituto Católico de París ofrece a los estudiantes musulmanes cursos intensivos de «laicismo a la francesa».

Fuente: Minuto Digital

 
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