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Usando niños como escudos humanos para proteger los arsenales


Fue la noche del jueves, a la intempestiva hora de las 2.30 de la madrugada. Mohamed Al Rasaina, el mayor de los dos hermanos que lideran en Beit Lahia la Yihad Islámica, el grupo terrorista que más cohetes kassam ha lanzado a las poblaciones civiles del sur de Israel en los últimos meses, recibió en su móvil y sentado en su casa la llamada telefónica del Ejército judío.

Una práctica ya conocida del Tzahal para ponerse en contacto con sus objetivos, para que sepan que están en el punto de mira. La voz, en perfecto árabe dijo que evacuaran el edificio antes de diez minutos, porque iba a ser bombardeado. Unos disparos al aire desde la azotea sobre el tercer piso bastaron, -cuenta Mohammed-, para que muchos vecinos, la mayoría niños, acudieran al lugar, dispuestos a apostarse junto a él en la terraza como escudos humanos para proteger el arsenal que guardaban en el edificio.

Allí, hasta ayer, seguía Mohammed, acompañado apenas de unos camaradas con su mismo uniforme de guerra y el pasamontañas enrollado sobre la frente, pero dejándose rodear sin ningún escrúpulo por una docena de niños. Ninguno tiene más de diez años, dos son sus hijos.

«Sabemos que si el tejado de la casa está lleno de civiles, los judíos no se atreverán a derribarla... Por eso no tenemos miedo, -recita, indolente-, si hay civiles, no creo que bombardeen».

Los pequeños han oído hablar repetidamente a sus mayores del martirio, les inculcan prácticamente desde que nacen que ese es un don para los elegidos, con el que los islamistas glorifican aquí a los que mueren en nombre de la causa justa de Alá.

Un tercio de los 103 mártires de la última oleada de violencia en Gaza son niños.

Israel lanzaba el viernes en esta ciudad de Beit Lahia, cuyas calles se confunden con las del campo de batalla de Jabalia, centenares de panfletos de colores en idioma árabe advirtiendo a la población que su Ejército convertirá automáticamente en «objetivo» a cualquier civil que colabore, o se involucre, con los terroristas que disparan los kassam.

La diferencia entre los musulmanes de Gaza y los judíos de Israel es el respeto por la vida humana. Los musulmanes usan a sus niños como escudos humanos para proteger armamento que luego utilizan para asesinar a civiles del otro lado de la frontera.

Los israelíes se ven obligados a defender a sus niños de esos ataques.


Fuente: ABC

 
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