En el mismo momento se producían dos hechos contrapuestos y muy diferentes. Mientras a 150 metros de la sala de emergencias del hospital Brazilai, en Ashkelon, caía un cohete Grad disparado desde la Franja, la mujer y sus dos criaturas de apenas 1,5 kilogramos cada uno eran trasladados a un refugio del hospital para que no sean heridos por el posible impacto de los cohetes.
La mujer que celebraba el nacimiento de sus hijos era una palestina de Beit Lahia y en ese momento, en lugar de tener tranquilidad y goce con sus bebés, tenía que protegerse del ataque de los misiles disparados por sus propios hermanos palestinos.
Ashkelon es una ciudad balnearia con más de 200.000 habitantes y se encuentra a 20 kilómetros de la frontera con la Franja de Gaza. Cuando Hamas solo apuntaba con los cohetes Kassam, Ashkelon era una zona tranquila ya que la distancia era imposible de alcanzar por esos ataques.
Pero desde la aparición de los misiles Grad, cohetes provenientes de Irán, quien sigue siendo el principal abastecedor de armamento para la organización terrorista Hamas, la ciudad y la playa tranquilas de Ashkelon se volvieron un campo del terror y del miedo.
Fuente: AJN