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"Israel no vive sin música"



El director musical de por vida de la Orquesta Filarmónica de Israel se siente joven. Con sus recién cumplidos 71 años -la misma edad que la orquesta-, afirma: "Todavía tengo cosas que aprender".

Sostiene que mucho le ha enriquecido justamente la Filarmónica israelí, a la que considera "una de las diez grandes orquestas del mundo".

Al celebrar Israel el septuagésimo primer aniversario de su Filarmónica, Zubin Mehta concedió una entrevista a la BBC.

Maestro, en una entrevista que me concedió usted hace varios años, me dijo que tenía todavía varias montañas por escalar ¿Ya las ha escalado todas?

No, ésto es como el Himalaya. Uno escala una montaña y siempre hay otra más allí. Y gracias a Dios, con la Orquesta Filarmónica de Israel que dirijo desde 1969, cada día es un desafío.

Esta es una población que hace casi 60 años vive en estado de tensión externa e interna. A pesar de ello, aún en medio de crisis, los músicos siguen tocando diariamente. O sea que todavía tenemos muchas montañas por escalar.

¿Cómo ubicaría usted a la orquesta filarmónica de Israel en la escala mundial?

Es una de las diez orquestas más grandes del mundo. Eso es indudable. Yo puedo decir que en cierto sentido crecí aquí. Y maduré profesionalmente en Israel.

Aprendí mucho de la Filarmónica israelí. Les he dado también los frutos de mi experiencia pero he recibido mucho de la orquesta también. Desde que comenzó esta relación, la química fue inmediata.

¿Siente aquí una relación especial?

Este es un país que no puede vivir sin música. Y eso se siente especialmente en épocas de grandes crisis. Por ejemplo, en la primera guerra del Golfo, el público venía a los conciertos casi diariamente. No tocábamos de noche, porque había que mantener la oscuridad, pero sí de mañana. Y la gente venía.

Durante la guerra de Yom Kippur en 1973, tocábamos de tarde y las salas estaban llenas. Y eso que había una guerra.

Lo mismo pasó en la última guerra, entre Israel y Hezbolá?

Así es. Yo tuve que cancelar mi participación porque debía operarme. Mi colega Gustavo Dudamel (de Venezuela) me sustituyó.

Él dirigió un concierto en Haifa 15 minutos después que un cohete impactara a un kilómetro de allí. La gente vino, no dejó de asistir; y la orquesta no pensó ni por un momento que era mejor cancelar el concierto.

Usted suele destacar que siempre será un hijo de India, su país. ¿Pero también se siente un poco israelí?

En espíritu, sí. Gracias a Dios es una democracia en la que puedo hablar también cuando estoy en desacuerdo. Esto es justamente lo sano de este país. Esto es algo que no se podría hacer en Damasco.

Cuando sale de gira con la orquesta ¿se siente representante de Israel?

El minuto que dejamos las costas de Israel, vayamos adonde vayamos, nuestra prioridad es tocar lo mejor posible. El producto derivado de ello es representar, claro, a Israel.

Pero yo me siento en una misión también cuando estoy en el estrado para un ensayo. Es también una misión para Beethoven, Brahms, Mozart, a fin de convencer al público de lo que el compositor quería.

¿Cuándo va de nuevo a América Latina?

Dentro de dos años, estaré allí con la Filarmónica de Israel. El público latinoamericano siempre fue bueno. Las salas allí son fabulosas.

Para mí, los lugares preferidos para ir están justamente en Sudamérica.

¿Y cuál es su próxima meta?

Tengo 71 años y soy un hombre joven. Todavía tengo mucho que aprender.

La próxima cima es siempre el próximo concierto. Cada concierto es un ensayo para el que viene después.

Fuente: BBC

 
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