-¿Se puede olvidar el horror que vivió en su infancia tras una vida tan extensa?
-Ni un sólo día desde entonces he dejado de recordarlo. Muchos supervivientes reprimieron durante décadas lo vivido hasta poco antes de su muerte que necesitaron dejarlo por escrito. Esos lo pasaron peor que yo, que tuve la suerte de ser capaz de contarlo. Desde niño he vivido mi vida como si fuese historia.
-¿Todavía tiene que enfrentarse a gente que duda de la existencia del exterminio nazi contra los judíos?
-Desgraciadamente sí. Hay negacionistas, que antes se llamaban regeneracionistas, que niegan la existencia de este hecho. En casi toda Europa la negación del Holocausto es delito y se castiga con la cárcel. En España era delito, pero desde noviembre pasado ha cambiado. El Tribunal Constitucional cambió el calificativo de delito a la negación del Holocausto con el voto en contra de cuatro jueces. De todas formas, este tema volverá al Parlamento, porque España no puede ni debe ir en contra de la UE.
-Y ¿qué les dice a los que acusan a Israel de tratar a los palestinos como los nazis les trataron a ustedes?
-Eso es un infundio porque todo lo que es comparar el Holocausto con cualquier otra cosa es banalizarlo y no merece crédito. Me parece muy mal muchas cosas que Israel hace con los palestinos y viceversa, pero hay que tener en cuenta que esto no es un genocidio, ni una guerra religiosa, ni existen campos de concentración, ni cámaras de gas. Todo el contencioso entre Israel y Palestina es una disputa territorial. El Holocausto ha sido un hecho nuevo en la Historia de la Humanidad. Genocidios siempre ha habido, pero el Holocausto fue una matanza industrial, no fue en caliente, no era una campaña, era una política estatal dirigida desde despachos ministeriales y con la ayuda de toda la sociedad.
-Después de tanto sufrimiento, el antisemitismo sigue arraigado en gran parte de la población, ¿por qué?
-Existe desde el siglo V antes de nuestra era, mucho antes de que los judíos no reconocieran en Jesús a Dios. El antisemitismo es una hidra de mil cabezas que va metamorfeándose en diferentes épocas. A veces la causa es religiosa, otras racial...Ahora hay mucho antisemitismo que se solapa bajo el antiisraelismo. Las minorías nunca son bien vistas en ninguna parte y una minoría religiosa, menos.
-¿Teme que la historia vuelva a repetirse?
-No ahora, pero sí a la larga. Yo que he enseñado 45 años Historia, tengo la certeza de que todo lo que ha pasado alguna vez puede repetirse. Que eso no vuelva a ocurrir es el cometido de la enseñanza y los medios de comunicación.
-¿Qué supuso el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia al museo Yad Vashem?
-El premio ha sido importantísimo. Es el reconocimiento al nivel más alto de que el Holocausto existió, además de un incentivo para que la gente visite el museo, uno de los más importantes. Aunque no debemos olvidar que hay decenas de museos del Holocausto en todo el mundo.
Fuente: El Comercio Digital