"La semana pasada me mudé de Ashkelon a Tel Aviv porque era muy peligroso quedarse en la ciudad. Era un infierno. Caían entre 20 y 25 bombas por día", reveló Naón en diálogo con "Vamos con Niembro", un programa de radio Del Plata, en Buenos Aires.
Isidoro Naón, nacido el 12 de noviembre de 1987, llegó a Israel el 10 de julio del 2008 y empezó a sentir "a fines de noviembre" el acoso de la lluvia de bombas por parte del grupo terrorista Hamas hacia poblaciones civiles de Israel.
"Hace tres semanas escuché en mi casa una alarma que no sabía lo que era. Cuando sonó llamé a otro compañero argentino (Brian), que vive a dos cuadras y le pregunté qué pasaba. El me respondió: quedate en tu casa que va a caer una bomba. A los 30 segundos pasó lo que me había anunciado", dijo Naón en el inicio de su relato.
"Mi departamento, al igual que el resto de las viviendas en Israel, tiene una pieza de seguridad. Es blindada y sin ventanas. Entonces, cuando sonó la alarma entré para protegerme y no me pasó nada", agregó.
"Al principio era una bomba por día, pero en la última semana era una cada 15 minutos. Por eso todos nos tuvimos que ir de la ciudad. Era un infierno", reiteró.
Naón las llama bombas, pero en realidad son cohetes Qassam, que los periodistas se empeñan en minimizar llamándolas "de corto alcance", "de fabricación casera", "no industriales" como si eso atenuara el gran poder destructivo que tienen esos artefactos explosivos que han causado infinidad de muertes no solo israelíes sino dentro de la misma población palestina cuando explotan antes de tiempo o cuando los terroristas se equivocan en la dirección de los disparos.
"El último entrenamiento se suspendió. Y tuvimos suerte, porque cayó una bomba en la cancha auxiliar donde íbamos a practicar", sentenció.
La liga israelí donde Naón juega, la State League, se interrumpió a partir del conflicto justo cuando su equipo, Hapoel (que en hebreo significa trabajador) Ashkelon, es uno de los punteros con 30 puntos.
Ese club (fundado en 1955) estuvo a punto de hacer historia en 2007, cuando llegó a la final de la Copa de Israel de la mano del delantero argentino Gastón Sangoy (ex Colón de Santa Fe).
Fuente: TELAM