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Cae misil desde Gaza en Israel en presencia de periodistas latinoamericanos, relato de uno de ellos: Pablo Truffa



Fue en Sderot, al sur del país, mientras periodistas latinoamericanos visitaban el lugar. No hubo víctimas ni heridos en el ataque.

La tranquilidad con la que están dispuestos a vivir los más de 22 mil habitantes de esta ciudad, ubicada al sur de Israel y a sólo 800 metros de Franja de Gaza -territorio con control musulman- es imposibilitada por las constantes amenazas que llegan diariamente desde el otro sector de la frontera, actualmente bajo el dominio de la organización terrorista islámica Hamas.

Tal es así que desde mediados de 2005 a la fecha, en la localidad ya cayeron más de 2.600 Kassamis -cohetes de fabricación artesanal pero con una gran capacidad destructiva-, causando la muerte de 12 personas y más de 300 heridos.

Esta situación mantiene a los habitantes de Sderot en permanente alerta.Y ayer no fue la excepción.

En horas del mediodía un grupo de periodistas de Latinoamérica, en su afán de conocer la realidad del conflicto árabe-israelí, fueron sorprendidos por el lanzamiento, desde la Franja de Gaza, de un Kassam que se incrustó a sólo 500 metros de distancia -en una calle del pleno centro de la ciudad-, pero que bien podría haber tenido otro final absolutamente trágico.

Es que los ataques se producen con un objetivo claro, pero se realizan sin una dirección específica.
El proyectil, al que llaman Kassam, hizo impacto en una calle del barrio Isaac Rabin, no dejó lesionados y, como daño, causó un hueco de ocho pulgadas de profundidad en la calle.

Conscientes del peligro pero inconscientes de que se estaba en terreno denominado zona roja de conflicto, los latinoamericanos escucharon el tenue sonido de las alarmas de "código rojo" emitidas por los altoparlantes de la ciudad que se mezclaron con la orden en hebreo y traducida en español: “!Al suelo, al suelo que lanzaron un Kassan y el tiempo es breve!”. Expresión que no dio otra opción que arrojarse al piso uno encima del otro, incluida Hajlama Pares, ex candidata a Alcalde de la ciudad por el partido Laborista y esposa del ministro de Defensa durante la guerra del Líbano, Amir Peretz, quien también permanecía en el lugar.

Lo cierto es que la confusión, el griterío y el nerviosismo duraron 15 segundos -lo que tarda el misil en cruzar de un lado al otro de la frontera-, suficientes para dar en el blanco y aniquilar a quien no logre refugiarse.

De pronto una gigantesca columna de humo empezó a elevarse por entre las casas del centro de Sderot y la tranquilidad cobró nuevamente fuerza en los 25 periodistas que estamos becados por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel.

La situación derivó de inmediato, como en la mayoría de los ataques, a pensar lo peor. Así, la destrucción de una casa, el impacto en una escuela, muertos y heridos se entrecruzan tratando de encontrar las consecuencias de tamaña magnitud. Sin embargo en esta ocasión no hubo que lamentar victimas y hasta última hora de ayer, se estudiaba el proyectil para establecer que agrupación islámica fue la encargada de su lanzamiento.

“La agrupación que lo envió se detecta por el color del Kassam, la estructura y el contenido”, explicaron desde la Comisaría de Sderot, al tiempo que también comunicaron que en este caso aún no pueden atribuirle el ataque a alguien en especial.

Un residente del Barrio Isaac Rabin, con gran desesperación, dijo a gritos que estaba harto de la indiferencia del mundo ante los constantes agresiones. “Yo tiemblo con esto, me tengo que tapar los oídos. Seguro que hay niños orinados del miedo y otros confundidos por la situación de extrema inseguridad. Estamos hartos de esta situación de tener que vivir todos con este trauma. No más!”, expresó con su rostro aterrado y una gran impotencia.

Mientras tanto, los ciudadanos de la pequeña Sderot aguardan angustiados -pero alertados- el próximo ataque sin saber todavía dónde, cuándo y por qué.

El gobierno israelí instaló un sistema de alarma que advierte a los ciudadanos de la inminencia de ataques con Kassam.
Cuando este sistema se activó ayer, hubo, como siempre, sólo 15 segundos para alcanzar uno de los refugios -búnkeres construidos con concreto y ventanales brindados que se distribuyen a lo largo y ancho de la ciudad- o bien arrojarse al piso y esperar la ayuda de Dios porque desde que se lanza -instante en que suena la alarma- y el momento del impacto, sólo hay un instante.

Daniel Saban, director de la cancillería israelí para Latinoamérica, también presente en el lugar de los hechos, expresó que estos ataques deben detenerse antes de que sea demasiado tarde. “Me siento muy frustrado de que Israel ya demostró todo su interés en lograr la paz con los palestinos y resolver este conflicto, pero lamentablemente ellos continúan pensando que por la fuerza pueden lograr eliminar y destruir Israel.

En algún momento la presión de la población israelí va a forzar al gobierno a tomar medidas mucho mas drásticas”, sentenció el representante.
En referencia al episodio, Saban no descartó que el ataque haya tenido como objetivo el grupo de periodistas que se encontraban en la cima del Mirador que separa Sderot con la Franja de Gaza. Sin embargo esa es una incógnita que nunca se sabrá.

Cuando supe del viaje a Sderot, al sur de Israel, tenía en claro que me enfrentaba con la oportunidad de permanecer lo más cerca posible de Franja de Gaza, pero a la vez era exponerme al peligro. Más aún sabiendo que los ataques con misiles Kassam venían acrecentándose en las últimas horas. Sin embargo, nunca imagine que mi vida dependería de 500 metros de distancia. Pero así fue. Ese es el trecho que separó mi vida de la muerte.

Fuente: La Mañana de Neuquén

 
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