
La última idea que ha lanzado Netanyahu es la de "paz económica". El líder del Likud ha llegado a la conclusión de que la "paz política", inimplementable con terroristas, se puede sustituir con una "paz económica" sin connotaciones políticas.
El pasado viernes, Netanyahu se reunió con los embajadores occidentales en Tel Aviv para explicarles cuáles son sus planes desde el momento en que sea elegido primer ministro. Les dijo que continuará el proceso de Annapolis pero les explicó que existen ciertas "líneas rojas" que Annapolis no puede cruzar.
Las "líneas rojas" incluyen, entre otras, que la ciudad de Jerusalem debe permanecer judía e indivisible, y que el Estado de Israel debe mantener una presencia militar significativa y permanente Judea y Samaria que resguarde su seguridad.
En medios políticos israelíes, se considera que el único peligro para la "visión" de Netanyahu puede venir de Obama. Pero el líder del Likud confía en que la victoria de la derecha será tan abrumadora el 10 de febrero que el presidente de Estados Unidos tendrá que dirigir su atención hacia otros problemas y continuar con la política del "diálogo" que lleve a soluciones que dejen contentos a todos.
Fuente: AP
