Eso al menos se supone, porque este fin de semana los aficionados del Beitar de Jerusalén le dieron un buen disgusto a su equipo.
El Beitar ganaba por la mínima al Maccabi Herzliya, resultado que le hacía matemáticamente campeón. Los seguidores no pudieron contener su alegría y saltaron al campo cuatro minutos antes del final.
Resultado: partido suspendido y victoria para el Maccabi. El título del Beitar tendrá que esperar.
