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El fundador y presidente durante más de dos décadas de Human Right Watch, Robert L. Bernstein, en un duro artículo de autocrítica


Robert L. Bernstein fundador de la ONG Human Right Watch, se ha unido públicamente a los críticos de la evidente parcialidad de la fundación, y lo ha hecho en un artículo publicado en el diario New York Times.

"La organización ha dejado a un lado la diferencia importante entre las sociedades democráticas y las que no" escribe Bernstein, que culpa a la fundación de que "en una región poblada por los regímenes autoritarios con terribles historiales de violación de los derechos humanos, Human Right Watch ha escrito muchas más condenas a Israel".

Recuerda además, la situación real en la que vive este país, que durante tantos años se han empeñado en contaminar y manipular: "Israel es el hogar de al menos 80 organizaciones de derechos humanos, una prensa libre y activa, un gobierno elegido democráticamente, un poder judicial que habitualmente va en contra del gobierno, múltiples partidos políticos y a con más periodistas pér cápita que cualquier otro país del mundo".

En un inusitado ejercicio de reflexión, contrapone esto con los regímenes árabes e iraní que "son autocráticos, no permiten disidencia interna" y que además afectan a 350 millones de personas, por encima de los 7,4 de Israel. Bernstein se lamenta de no haber sido apoyo para "los ciudadanos que pasan por una situación difícil, y que se habrían beneficiado de la atención de una red de organizada de derechos humanos, y sin embargo son ignorados por la división de Human Right Watch" que está preparando informes sobre Israel.

"Human Rights Watch ha perdido la perspectiva crítica en un conflicto en el que Israel ha sido atacado repetidamente por Hamas y Hezbolá, que persiguen a los ciudadanos israelíes y usan a su propio pueblo como escudos humanos", señala, aludiendo a las informaciones que han ignorado sistemáticamente e incluso han llegado a negar estos hechos. Recuerda además que "estos grupos son apoyados por el gobierno de Irán, que ha declarado abiertamente su intención no sólo de destruir a Israel, sino de asesinar a los judíos de todas partes. Una clara incitación al genocidio", la cual, recuerda Berstein, es delito.

Culpa directamente a Hamás y Hezbolá de la responsabilidad de comenzar la guerra, y escoger como campo de batalla "las zonas más densamente pobladas" para que la matanza alcance enormes cifras de muertos, y sin embargo "Israel, la víctima de la agresión repetida, se enfrenta a la peor parte de la crítica de Human Right Watch".

Por otro lado, reconoce lo complicado de hacer juicios definitivos sobre los crímenes de guerra, pero señala que "hay una diferencia entre entre los errores cometidos en defensa propia y los perpetrados deliberadamente". Recuerda para ello lo dicho por Richard Kemp, ex comandante de las fuerzas británicas en Afganistán y un experto en la guerra: "Las Fuerzas de Defensa de Israel en Gaza hicieron más para salvaguardar los derechos de los civiles en una zona de combate que cualquier otro ejército en la histopria de la guerra".

Por último, hace un llamamiento a su fundación para que regrese a su "espíritu de humildad" porque de continuar por la línea maniqueísta, "su credibilidad se verá seriametne socavada".

Fuente: Libertad Digital

 
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