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Israel anuncia plan de apoyo a mercados financieros



El mercado israelí entró oficialmente en recesión a raíz de la crisis financiera internacional y luego de dos meses en los que parecía poder enfrentar caídas parecidas en las principales potencias económicas.

Indicadores económicos difundidos por el Banco de Israel demuestran que la actividad inversionista y comercial se ha ralentizado en el último bimestre, y que el crecimiento se verá afectado este mismo año y el que viene.

"La imagen que emerge de los datos mensuales, particularmente los de septiembre y octubre, muestran una desaceleración significativa en el crecimiento económico", indica un informe del banco nacional.

Entre los datos más preocupantes para los capitanes de la economía israelí están un descenso del 16.5 por ciento en las inversiones extranjeras, de las que el sector empresarial israelí se vale para nuevos proyectos en el campo de las altas tecnologías, su vector más importante en producción y exportación.

La Oficina Central de Estadísticas de Israel apuntó de su parte que las ventas al extranjero cayeron en un 10 por ciento y en el sector del diamante en un 57 por ciento.

El descenso también en la recaudación impositiva y en los índices de precios en el mercado han llevado al Banco de Israel a recalcular sus estimaciones de crecimiento para 2008 y 2009, y bajarlas del 4.3 por ciento al 1.5 por ciento en ambos casos.

Aunque aún positivo, en términos reales, se trata de un crecimiento negativo porque el crecimiento demográfico es superior a ese porcentaje. La desaceleración viene también acompañada en los últimos meses por nefastas previsiones de despidos de miles de empleados.

Sólo en el último mes se han sumado dos mil 100 desempleados, hasta llegar a la cifra de 193 mil 200, de los que unos 10 mil son gente que perdió sus trabajos en los últimos meses, según datos de la Oficina Nacional de Empleo.

Como medida preventiva y para alentar el desarrollo de los distintos sectores afectados, el gobernador del Banco de Israel, el estadunidense-israelí Stanley Fischer, anunció el lunes una nueva reducción del interés en 0.5 puntos, con lo que lo ha fijado en el más bajo de la historia económica del país: un 2.5 por ciento.

Hace sólo unos meses el interés bancario en Israel estaba por encima del cuatro por ciento y Fischer, quien vigilaba atentamente la inflación, se negaba a reducirlo.

Este consideraba que el interés relanzaría la amenaza inflacionaria por encima de lo permisible, un fantasma que en Israel causa gran temor por la experiencia en los años ochenta, en los que llegó a superar el 400 por ciento.

Pero los últimas datos de la inflación también apuntan a una desaceleración, lo que -sumado a la incertidumbre en los mercados internacionales- ha encendido las alarmas del banco nacional.

La actual desaceleración salió al paso de Israel en su mejor momento económico de los últimos años, y en un proceso de crecimiento económico sostenido con tasas de desempleo históricamente bajas.

Todo eso después haber atravesado la peor crisis de su historia entre 2001 y 2004, debido al estallido de la burbuja tecnológica en 2000 y la Intifada de Al-Aksa.

Para este año se preveía un crecimiento superior al cuatro por ciento, e incluso algunos especialistas hablaban de un cinco, cuando la crisis financiera hizo caer todas las previsiones.

"La reducción del interés pretende ayudar a reducir los costos del crédito y fortalecer la habilidad de la economía para hacer frente a la desaceleración en la actividad económica y las implicaciones de la crisis global financiera", explicó el Banco de Israel.

El proceso viene acompañado de una depreciación del dólar, que este año había llegado a su mínima cota de 3.20, la misma que hace 12 años, para superar estos últimos días la barrera de los cuatro shékels por dólar.

Los exportadores están satisfechos de la depreciación de la moneda nacional porque así podrán exponer sus precios a la exportación sin el temor a que resulten más caros que la competencia desde otros países.

El Banco nacional no prevé tampoco que en las actuales circunstancias de crisis la devalorización del dólar vaya a provocar un incremento de la inflación, que parece regresar a los parámetros previstos por el Gobierno en su presupuesto para 2008, entre el uno y el tres por ciento.

Igualmente, y para frenar las consecuencias de la crisis, el gobierno israelí salió este martes con un plan para apuntalar los sistemas financieros y capitales de ahorro.

Este plan supondrá una inyección de 11 mil millones de shékels, alrededor de dos millones 750 mil dólares en el mercado financiero, de ellos unos seis mil millones en garantías a bancos.

Fuente: NotiMex

 
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