PARA LEER CON MAYOR COMODIDAD PODES

Musulmanes y herejes (Por Mark Steyn)



Los que Occidente llama "musulmanes moderados" el islam los califica de apóstatas. En ocasiones, como con la Dra. Sultán, son apóstatas ateos. En ocasiones, como con la Srta. Manji, son apóstatas lesbianas; y en ocasiones, como con Magdi Allam, son apóstatas cristianos. Al islam no le importa en absoluto la rama de apostasía por la que usted opte: en palabras del Profeta Mahoma, "A quien cambie de religión, mátalo".

El mes pasado, durante la vigilia de Pascua del Vaticano, Magdi Allam, el editor jefe del Corriere della Sera, se convertía del Islam al Catolicismo. Y no fue la primera vez que me acordé de un viejo chiste que modifiqué para America Alone:

Se sube el telón y aparece un billete de diez dólares en el centro de un cruce. Al norte está Papá Noel. Al oeste, el ratoncito Pérez. Al este, un musulmán radical. Al sur, un musulmán moderado. ¿Quién llega primero al billete de diez dólares?

Respuesta: El musulmán radical. Todos los demás son criaturas míticas.

El Signor Allam es simplemente el más reciente "musulmán moderado" mítico. Existirán seguramente millones de musulmanes que simplemente quieren seguir con sus vidas, atender a sus familias, desempeñar sus trabajos, comprar una casa bonita en los suburbios y practicar tanto, o tan poco Islam como les sea posible. Pero no existe ningún "islam moderado" para proporcionar apoyo institucional ninguno a la moderación musulmana individual así, y existe una marcada carencia de musulmanes occidentales que puedan demostrar plausiblemente a sus correligionarios un equilibrio viable entre islam y mundo occidental, y que puedan servir de contrapeso a los radicales explícitamente jihadistas y a los grupos de presión musulmanes generosamente financiados que más discretamente comparten sus objetivos. Magdi Allam fue un prominente invitado de la cumbre "de islam secular" celebrada en Florida hace un año, y uno de los diversos destacados firmantes de la "Declaración de San Petersburgo" difundida a su conclusión. Fue por ese motivo criticado por Tariq Ramadán como un copto - léase cristiano -- que no estaba siendo sincero: la víspera de su 40 cumpleaños, acompañó a su madre de peregrinación a la Meca. Pero ahora, y muy públicamente, ha encontrado a Cristo, y eso confirmaba la idea de Tariq Ramadán -- que Magdi Allam nunca fue un modelo creíble de islam del siglo XXI.

Y así les va. Ayaan Hirsi Ali es una mujer fenomenalmente valiente pero no es una "musulmana moderada": ella es atea. Irshad Manji es una diseccionadora brillante de las patologías del islam, pero no es una "musulmana moderada": es lesbiana y, por tanto, no puede ser ningún tipo de musulmana según la práctica totalidad de sus correligionarios. La Dra. Wafa Sultán es la psiquiatra californiana que a un riesgo personal enorme hizo pedazos a un académico sunita de los más destacados en directo en Al Jazira, machacó cada uno de sus argumentos, y aún así perdió. ¿Por qué? He aquí la respuesta:

"No soy cristiana, musulmana ni judía", decía a su avezado interlocutor la Dra. Sultán. "Soy un ser humano secular que no cree en lo supernatural..."

"Si usted es una hereje", se burlaba el Dr. Ibrahim al-Khouli, "no hay ninguna razón para refutarla, puesto que usted ha blasfemado contra el islam, el Profeta y el Corán”.

En su debate, Wafa Sultán ganó cada uno de los asaltos, pero perdió el torneo. Sus innumerables bazas solamente confirmaban el argumento de su contrincante -- que suscribir "la modernidad" (en el sentido occidental) equivale a perder tu fe: la Dra. Sultán es una mujer incisiva, racional e inteligente -- y ya no es musulmana. Signor Allam se debatió más tiempo que la mayoría antes de concluir que la madera intelectual necesaria para ser "musulmán moderado" está lejos hasta para la amplia postura de Larry Craig: "Me pregunte cómo era posible que aquellos que como yo queríamos sincera y abiertamente un 'Islam moderado'", decía, "acabáramos siendo condenados a muerte en nombre del islam basándose en el Corán. Fui obligado a ver que, más allá de la contingencia del fenómeno del extremismo islámico y el terrorismo que se ha hecho presente a nivel global, la raíz del mal es inherente a un islam que es fisiológicamente violento e históricamente conflictivo". El "encuentro más importante y extraordinario" en su decisión de abandonar el islam y adoptar el cristianismo fue el discurso del Papa en Regensburg - el que invitaba a los (antiguos) correligionarios del Sr. Allam a manifestarse en los exteriores de Westminster Abbey pidiendo la decapitación del Pontífice. El recién bautizado cristiano sabe que será objeto de tentativas contra su vida, pero ya era objetivo de asesinato en calidad de "musulmán moderado" y, tal como lo entiende, es mejor morir por la verdad que por una tortuosa contradicción.

Los que Occidente llama "musulmanes moderados" el islam los califica de apóstatas. En ocasiones, como con la Dra. Sultán, son apóstatas ateos. En ocasiones, como con la Srta. Manji, son apóstatas lesbianas; y en ocasiones, como con Magdi Allam, son apóstatas cristianos. Al islam no le importa en absoluto la rama de apostasía por la que usted opte: en palabras del Profeta Mahoma, "A quien cambie de religión, mátalo". Cada una de las cuatro escuelas de jurisprudencia islámica está de acuerdo. También el 36 por ciento de los jóvenes musulmanes de Gran Bretaña que están seguros de que la apostasía debería castigarse con la pena capital. Pero, para Occidente, cuál de las ramas de apostasía tiene más atractivo para los musulmanes es una cuestión interesante.

Por una parte, la conversión de Magdi Allam son malas noticias. Son malas noticias para aquellos que están poniendo sus esperanzas en una directiva "musulmana moderada" genuina que pueda proporcionar una alternativa a la radicalización de financiación saudí del islam europeo. También son malas noticias porque la ausencia de "musulmanes moderados" reales significa que los gobiernos occidentales seguirán pagando enormes cantidades de dinero a aquellos que simplemente se hacen pasar por tales -- como la mezquita de Green Lane, en Birmingham, Inglaterra, que el consistorio de la ciudad ha juzgado una de sus "organizaciones de interés social" aprobadas al margen de que un sermón al menos en su interior defendió ahorcar a los homosexuales de las cimas de las montañas. Aparentemente eso no te descalifica del estatus de "musulmán moderado" financiado por el gobierno.

Pero por otra parte, son buenas noticias en el sentido en que ello sugiere que la estrategia más eficaz contra un islam renaciente y radicalizado puede ser la más antigua de todas -- un cristianismo evangelizador.

Como decía, esa es la buena noticia -- si a usted se lo parece. Para los acobardados gobiernos acomodacionistas de un reino cristiano post-cristiano en su mayor parte, sin duda suena como la peor noticia de todas.

Fuente: Diario de América


 
ir arriba