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El antisemitismo estropea la Feria del Libro de Turín (por Dario Migliucci)



Antisemitismo, sí; hay que llamar las cosas por su nombre. Si tan solo se tratara de una crítica política contra las decisiones del Gobierno de Israel no se llevaría a cabo una batalla que acabará con lastimar a los representantes de la cultura judía.

Este jueves arranca en Turín la Feria del Libro, una de las más importantes citas culturales de Europa. Lo que debería ser tan solo una fiesta para los amantes de la lectura ha acabado convirtiéndose en el eje central de una insensata polémica en la que ha destacado un escabroso antisemitismo. Los promotores de la Feria han invitado a los escritores israelíes en ocasión del sesenta aniversario del nacimiento del Estado de Israel, acabando así en el ojo del huracán. Al parecer, haber otorgado a Israel el papel de "huésped de honor" del acontecimiento es un atentado contra la paz y la armonía entre los pueblos.

A principios de febrero se empezaron a leer llamamientos para que se boicoteara la cita, una proposición que fue firmada por algunos fundamentalistas islámicos, que enseguida recibieron el respaldo de los izquierdistas italianos. Movimientos anti-globalización, escritores, periodistas y políticos de la izquierda radical declararon la apertura de las hostilidades contra la Feria del Libro, como una mera batalla en su guerra permanente contra Israel. Y hace poco se añadieron las delegaciones de los escritores de Cuba y Venezuela, los cuales han decidido no acudir a la Feria sin que, por supuesto, haya mediado ninguna imposición de sus gobiernos, claro está.

Según la comunidad hebraica de Turín la anunciada protesta contra la Feria del libro es una iniciativa que toma las características de "una nueva forma de antisemitismo y que genera la sensación de que los fantasmas del pasado todavía no se han desvanecido".

Antisemitismo, sí; hay que llamar las cosas por su nombre. Si tan solo se tratara de una crítica política contra las decisiones del Gobierno de Israel no se llevaría a cabo una batalla que acabará con lastimar a los representantes de la cultura hebraica. Y no se trata de un hecho aislado, pues el odio hacia Israel por desgracia es parte integrante de la mentalidad de una parte de la izquierda italiana (y europea). Cabe recordar lo que ocurriera en abril del 2006, cuando en ocasión de las celebraciones en memoria de la liberación de Italia de la ocupación nazi, fueron abucheados los veteranos de la "Brigada Judía", formación militar del ejército británico que sirvió también en Italia pagando con muchísima sangre su contribución a la liberación del país.

Lo cierto es que la verdadera lucha de los maximalistas de la izquierda italiana no se dirige únicamente contra las acciones de uno o más ejecutivos de Israel, sino contra el mismo derecho a existir del Estado judío. Lo confirman algunos de los muchos comunicados que los organizadores del boicoteo están difundiendo a través de la red, mensajes en los cuales –además de calumniar a Israel comparándolo con el régimen nazi e inculpándolo de un inverosímil genocidio– se habla de la necesitad de organizar "una campaña en contra de la entidad sionista en ocasión del sesenta aniversario de la ocupación de la Palestina y de la construcción del llamado Estado de Israel".

Se trata de una minoría ruidosa, que al no haber alcanzado el objetivo de cancelar esta cita cultural, se conforma con envenenarla sembrando odio y miedo. Las fuerzas del orden se han tomado muy en serio las amenazas de algunos movimientos extremistas de llevar a cabo una clamorosa protesta y por lo tanto se han visto obligadas a prohibir cualquier tipo de manifestación en las proximidades de la Feria.

Además, los izquierdistas ya nos ofrecieron por anticipado algunas muestras de sus intenciones. En febrero ocuparon ilegalmente la sede de la organización de la Feria, unas semanas después organizaron una manifestación en la que Israel fue tachado de "Estado criminal", luego ensuciaron los muros de la ciudad piamontesa con inscripciones ofensivas contra la nación hebraica y finalmente, el pasado 1 de mayo, durante las celebraciones de la fiesta de los trabajadores, prendieron fuego a algunas banderas de Israel. Las autoridades han dado luz verde para la organización de una manifestación que se desarrollará el 10 de mayo a una distancia de seguridad de la zona en la que tendrá lugar la Feria. Seguramente entonces tengamos que asistir a otras proezas de estos promotores de la concordia entre los pueblos y las culturas.

Fuente: Libertad Digital

 
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