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Aguinis escarbó en la memoria del ser judío


El exitoso escritor habla de su novela 'La gesta del marrano' y de lo que significa ser argentino.

El escritor argentino Marcos Aguinis es el autor de varios best sellers de la literatura argentina reciente. El primero es La gesta del marrano, que va por su edición número 20 y, el segundo, El atroz encanto de ser argentinos.

¿'La gesta del marrano' tiene su génesis en la importante presencia que tiene la cultura judía en Argentina?

La gesta del marrano es mi novela número siete y efectivamente tiene que ver con la Argentina y la presencia de los judíos de Sefarad, en América. Desde la época colonial hubo en América los llamados 'marranos' o judíos clandestinos. Pero después llegó a mi país la gran inmigración de fines del siglo XIX, que generó la aparición de escritores judíos de gran fuste, no solo en la literatura sino también en el periodismo.

Eran judíos que en su mayor parte venían de Europa oriental, pero aprendieron rápidamente el español y se engancharon con la tradición española y por tanto con Sefarad. Pocos saben que uno de los grandes poetas de la tradición judía, que vivió por el año 1000, llamado Yehuda Halevi, escribió en español primitivo, cuando nuestro idioma apenas surgía. Luego vino todo el Siglo de Oro en España, cuyos autores, en un noventa por ciento, eran judíos conversos: Santa Teresa, San Juan y el mismo Cervantes, quien tuvo un abuelo judío.

Cuando llegó la conmemoración de los 500 años del Encuentro de las dos Culturas o del Descubrimiento de América o como quiera llamárselo, recordé un libro que había leído tiempo atrás, que mencionaba un personaje que nació en Tucumán (Argentina). Se llamaba Francisco Maldonado da Silva y toda su familia fue perseguida por la Inquisición. Fue el primer médico diplomado de la historia de la medicina de Chile. Tuvo una carrera muy exitosa, porque incluso se casó con la ahijada del gobernador y era el médico personal del obispo. Sin embargo, de un momento a otro decidió asumir su identidad judía de una forma casi temeraria. Eso lo llevó a ser apresado por la Inquisición y estuvo 13 años en la cárcel.

Esa es la historia, pero, entre líneas, ¿hay otro tipo de discurso?

Uno de los temas que más me impulsa a escribir es el derecho de ser lo que cada uno quiere ser. En la novela hay una reivindicación de la libertad y se muestra cómo la Inquisición no solo fue un flagelo para los herejes sino también para los pueblos aborígenes, los negros, y básicamente, creó un clima de castración mental.
Cuando los revisionistas de la Inquisición quieren demostrar que no fue tan mala porque no quemó tanta gente y los que eran quemados eran enviados al brazo secular, es decir la autoridad civil, yo digo que es un gran error, porque el concepto no es a cuántas personas asesinó, sino cuántas mentes mató, porque durante tres siglos creó un gran miedo a la disidencia y el pensamiento creativo.

¿Por qué los judíos se insertaron tan rápidamente en la sociedad argentina?

En Argentina han llegado a tener una presencia muy fuerte en el ámbito de la ciencia y de la cultura. La Argentina fue vivida como una tierra de libertad para una comunidad que estaba oprimida en Europa por los guetos y el racismo antisemita.

¿En los últimos años Sefarad (la España judía) se ha convertido en tema de novelas en Hispanoamérica?

Sí, hay como un revival. Incluso en España mismo, donde los judíos estuvieron más tiempo que los árabes, que solo duraron 700 años. Los judíos comenzaron a llegar a España desde las épocas del segundo templo (hace dos mil años).

Algunos hablan que incluso cuando el profeta Jonás no quería ir a Nínive y fue arrojado al mar, él había sacado pasaje para viajar al este del Mediterráneo, que era España. Es más, algunos sostienen que la palabra España viene de Sefarad.

Los judíos que fueron expulsados de España llevaron consigo un dolor muy profundo, pero se fueron sin rencor. Tan es así que siguieron hablando el español de esa época, que algunos hoy le llaman el ladino. Ese idioma se habla fundamentalmente en las zonas a donde fueron a vivir los expulsados de España, es decir, Turquía y Grecia. Recuerdo que cuando visité Turquía algunos judíos se sorprendieron de que habláramos el mismo idioma.

¿Su novela es también una metáfora del presente?

Tuve vivencias espantosas con las dictaduras en Argentina. Estuve a punto de ser desaparecido. Tenía por tanto una necesidad de contar el amor por la libertad y lo valioso que es luchar por ella. Eso que pasé me estimuló a escribir esta novela. En la novela describía los combates de un individuo ante un entorno opresor.

También escribí un libro que se llamaba La carta esperanzada a un general. Era una crítica muy severa a la dictadura militar, que obstruía la democracia en nuestros países y que actuaba profanando las tradiciones sanmartinianas, porque San Martín fue un militar muy ético y al mismo tiempo muy ilustrado. En este libro cuento que el último golpe que se le dio a la Inquisición en el Virreinato de Perú, lo dio San Martín cuando proclamó la independencia de ese país. Él visitó el palacio de la Inquisición y decidió que todo el dinero pasara a formar parte del patrimonio de la Biblioteca Nacional que él acababa de fundar. Fue un decisión cargada de ironía y humor.

Un estudioso de la psiquis argentina

De niño, sufrió la discriminación a causa de su origen judío. Le llamaban 'rusito'.

Nació en Córdoba, Argentina, el 13 de enero de 1935.

» Este neurocirujano de profesión es uno de los más agudos estudiosos de la psiquis argentina, pero su fama se la debe a la novela 'La gesta del marrano', la historia de Francisco Maldonado Da Silva, médico argentino de origen sefardí (judío español), que se enfrentó a la Inquisición.

» La obra es un 'best seller' en Argentina.

En sus propias palabras

Amo a la Argentina, pero no puedo desconocer sus defectos y su capacidad para frustrarse a sí misma".

"La viveza criolla la describo como una inteligencia de corto vuelo que se conforma con cosas chicas".

Fuente: El Tiempo

 
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