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«Un hombre serio» de los hermanos Joel y Ethan Coen se estrena el 3 de diciembre


Los hermanos Joel y Ethan Coen no se caracterizan por su locuacidad ni por su voluntad de analizar demasiado las películas que hacen. De hecho, las hacen lo suficientemente confusas como para que los espectadores se queden, al salir del cine, preguntándose qué es lo que acaban de ver. Y eso seguramente les sucederá a muchos de los que vean esta noche "Un hombre serio", la película de los directores de "Fargo" y "Barton Fink" (acaso los dos títulos de su carrera que más se le parecen a "Un hombre...").

El filme arranca con una especie de corto, una historia (inventada por ellos) del folclore judío, hablada en idishe y que incluye la fantasmagórica figura del "dybbuk", una suerte de espíritu maligno.

Al terminar ese prólogo, se muda a un barrio judío de Minneapolis, en los años '60, para contar la historia de Larry Gopnik, un profesor universitario que ve que su vida se derrumba, sin prisas pero sin pausas: su mujer, sus hijos, su hermano, sus alumnos, su vecina... Todo su universo se viene en picada. En medio de su crisis, decide consultar a un rabino.

Pero para llegar a él debe hablar primero con sus "subalternos". ¿Por qué me sucede todo esto?, les pregunta a todos. ¿Qué significa? Las respuestas (¿respuestas?) las analizará cada espectador al salir del cine, pero no intenten llegar a conclusiones claras: tal vez no tenga sentido.

Pongamos por ejemplo la siguiente pregunta hecha por este cronista a los hermanos Coen en el pasado Festival de Toronto. ¿Cómo se relaciona la historia de Larry con el cuento jasídico del principio? "No sabemos", decía Ethan, el menos monosilábico de los dos. "Nos pareció una manera simpática de comenzar la película". A su lado, Joel -el de pelo largo; Ethan es el de rulos- simplemente asentía. Por dentro, ambos parecían estar riéndose. ¿De quién? Buena pregunta...

Fuente: Diego Lerer para Clarín

 
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