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Quién era el fallecido Rayán que envió a su hijo a un ataque suicida en 2001?



El jeque Nizar Rayán, de 47 años, alto dirigente militar y religioso de Hamas, fue asesinado por una bomba de las Fuerzas de Defensa israelíes, en el edificio donde vivía con casi toda su numerosa familia cuyas vidas estaban expuestas conviviendo con un arsenal militar en su propio domicilio.

Según fuentes palestinas, su familia fue advertida por Israel, antes del ataque, pero prefirió quedarse al lado del jefe de familia. Actitud que es muy típica de estos terroristas que utilizan civiles como escudos humanos.

Rayán no solo era el capellán del Ejército de Hamas, sino además uno de sus más altos comandantes militares. Con frecuencia, se lo veía en uniforme y aparecía en público participando en ejercicios militares.

Se le consideraba uno de los más fanáticos líderes del movimiento terrorista Hamas. Fue el director operativo y el principal financista del ataque perpetrado en el año 2004 al puerto de Ashdod, en el cual fallecieron 10 civiles israelíes.

En octubre del 2001, envió a su propio hijo para perpetrar un ataque suicida a Israel, donde fallecieron dos jóvenes israelíes.

Después de la muerte del líder religioso jeque Ahmed Yasín en 2004, Rayán lo reemplazó como capellán musulmán de Hamas.

El hombre de pobladas barbas, como lo exige su religión, era también conocido como el predicador de la mezquita de Jabalya, la población donde vivía, un templo más conocido como "la mezquita de los mártires". ¿Por qué? Porque los religiosos de esta mezquita son los más fervientes promotores de los atacantes suicidas que penetran a Israel, cargados de bombas para hacerse explotar en medio de la población civil de aquel país.


Rayán solía pasear por las calles de la capital de Gaza, con un cinturón cargado de explosivos, alrededor de su amplia cintura, reclutando mártires para ejecutar atentados suicidas contra la población de Israel.

Anteriormente fue profesor de leyes islámicas basadas en el Sagrado Corán en la Universidad Islámica de Gaza. Cuentan que un día se cansó de predicar la guerra santa y optó por practicarla. Da prueba fehaciente el hecho de haber sacrificado a su propio hijo en un atentado suicida.

Su casa era un enorme arsenal, un depósito de armas, municiones y explosivos. Eso explicaría la reacción en cadena que, tras la bomba lanzada por un avión israelí que cobró la vida de Rayán, produjo una serie de explosiones secundarias que acabó con las zonas aledañas a donde vivía Rayán.

Fuente: AP

 
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