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Siria comienza a emerger de su aislamiento gracias a Olmert


El papel jugado por Siria en sus negociaciones de paz con Israel ha convencido a parte de la comunidad internacional, con Francia a la cabeza, de la necesidad de sacar al régimen sirio de su aislamiento, a pesar de la oposición de EEUU a levantar el cerco a Damasco.

'Llamé al presidente el Asad para expresarle que las negociaciones indirectas de su país con Israel, a través de Turquía, iban por el buen camino y le alenté a proseguir por esa vía', dijo el presidente francés, Nicolás Sarkozy, antes de viajar a Damasco.

Esta palabras del dirigente francés marcaban el tímido deshielo de las relaciones franco-sirias y parecían dejar atrás el ostracismo al que se había visto abocado Damasco en los últimos años y que se había intensificado en los primeros días de 2008.

En enero se confirmó la ruptura de las relaciones con Francia, después de que no consiguieran alcanzar una fórmula común para encontrar una solución a la crisis libanesa.

Y un mes después Washington anunciaba nuevas sanciones contra Siria por sus supuestos esfuerzos para menoscabar la estabilidad en Irak, debilitar la soberanía y la democracia en Líbano y desarrollar armas de destrucción masiva.

En mayo, el Gobierno del presidente de EE.UU., George W. Bush, insistió en su determinación de aislar al régimen de Al Asad y extendió por otro año varias prohibiciones al comercio autorizando el bloqueo de propiedades de ciertos ciudadanos de ese país.

El aislamiento sirio, tanto nacional como regional, quedó al descubierto durante la cumbre de la Liga Arabe celebrada en marzo en Damasco a la que Arabia Saudí, Egipto y Jordania enviaron delegaciones de bajo rango y en la que Líbano no participó por considerar que Siria estaba bloqueando la reconciliación libanesa.

Estos tres países, principales aliados de EEUU en la región, apoyan a la mayoría parlamentaria libanesa, de mayoría suní.

Por su parte, Siria junto a Irán, se muestran partidarios de la oposición liderada por el grupo chií Hizbulá, considerado terrorista por EEUU y que niega el derecho a existir al Estado de Israel.

El anuncio de unas conversaciones indirectas de paz entre Siria y Olmert bajo la égida de Turquía, que habían arrancado en septiembre de 2007, no cuentan con el apadrinamiento de Estados Unidos y, de momento, se encuentran suspendidas a la espera de las elecciones israelíes previstas para enero.

Siria exige la entrega de los altos del Golán y Olmert, por su parte, quiere que Siria se desvincule de Hizbulá, de Hamás y de Irán.

A pesar de que Sarkozy selló este cambio de aires con una visita histórica a Damasco en junio, la actitud de Washington no ha sufrido ningún cambio a lo largo del año.

De este modo, no sólo ha insistido en prorrogar las sanciones económicas contra Siria, sino que se resiste a apadrinar las conversaciones de paz con Israel.

El último capítulo del desencuentro entre Washington y Damasco se produjo en octubre cuando helicópteros estadounidenses lanzaron un ataque desde Irak contra instalaciones nucleares de territorio sirio, y al que los sirios respondieron con el cierre de la Escuela Americana y el centro cultural de EEUU en su capital.

El deshielo de las relaciones entre la comunidad internacional y Siria, que este año ha sufrido varios atentados en su territorio y sigue amordazando a la oposición, no deja de ser tímido.

La política del nuevo inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama; la evolución de la situación en Líbano; las conversaciones de paz con Israel, así como las relaciones de Siria con Irak, Irán, Hizbulá y Hamas, serán determinantes para el futuro del régimen sirio y de la paz en la región.

Fuente: EFE

 
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