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La PCR es el método más eficaz en la detección de cáncer ovárico, según Dror Meirow, del Centro Médico Chaim Sheba de Tel Hashomer en Israel



Una de las principales consecuencias de los tratamientos oncológicos es la pérdida de la función ovárica o menopausia precoz y, por lo tanto, la infertilidad.

Entre las posibles soluciones a este problema se encuentra la extracción de tejido ovárico, su congelación y su futura reimplantación tras la finalización del tratamiento. Sin embargo y a pesar de que esta opción es cada vez más demandada, la seguridad de esta técnica pasa por la correcta detección de las células cancerígenas residuales. "Existe la posibilidad de la reaparición de la enfermedad primaria tras la reimplantación del tejido ovárico si éste posee células malignas", dice Dror Meirow, de la Unidad de Fertilización in Vitro del Centro Médico Chaim Sheba de Tel Hashomer en Israel.

En este sentido, un equipo de investigadores liderado por este especialista ha evaluado la eficacia de varias técnicas de imagen en la detección de las células cancerígenas residuales. Las 58 mujeres que participaron en el estudio habían recibido tratamiento quimioterápico como consecuencia de neoplasias hematológicas —linfoma Hodgkin, linfoma no Hodgkin o leucemia— y habían sido sometidas a una extracción de tejido ovárico con el objetivo de reimplantárselo en el futuro. De esta forma, los investigadores analizaron el tejido mediante evaluación histológica, técnicas inmunohistoquímicas, reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y PCR en tiempo real.

Los resultados de la investigación, publicados en la revista Human Reproduction, ponen de manifiesto que ninguna de estas técnicas detectó enfermedad mínima residual excepto los equipos modernos de PCR en tiempo real de alta sensibilidad. Esta técnica halló células cancerígenas en una paciente con leucemia mieloide crónica (LMC) en la que el resto de las técnicas no habían detectado signos de cáncer. "Hay pocos centros de fertilidad en el mundo con la experiencia y la tecnología necesaria para realizar este tipo de pruebas en el tejido capaces de detectar el cáncer residual", explica Meirow.

Según los resultados de la investigación, uno de los aspectos que podría evitar la reimplantación de tejido ovárico con presencia las células residuales es realizar el análisis del tejido en el momento del trasplante y no en el momento de la extracción ya que el tejido puede estar almacenado durante unos 10 años. Para llevarlo a cabo es necesaria la congelación de una pequeña parte de tejido ovárico para el análisis de la enfermedad mínima residual separada del tejido almacenado.

"Esta investigación también es válida en el caso del tejido testicular aunque por el momento en este tejido no hemos avanzado tanto como el ovárico", señala este especialista.

Fuente: Gaceta Médica


 
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