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Golda Meir estaría por cumplir 110 años



Una mujer para quien la libertad estaba por encima de todas las cosas

El 3 de mayo se cumplirán 110 años del nacimiento de Golda Meir y estas líneas aspiran evocar algunos rasgos resaltantes (y contrastantes) de su brillante personalidad:

Una mujer que, habiendo nacido en la Rusia de los pogroms, creció en la América libre de donde, según sus palabras, se llevó "una comprensión del significado de la libertad, una conciencia de las oportunidades ofrecidas al individuo en una verdadera democracia y una permanente nostalgia por la belleza de la campiña americana".

Una mujer que, teniendo la oportunidad de llevar una existencia holgada y estable, optó por la azarosa vida del kibutz y que, habiendo sido huésped de eminentes dignatarios, no titubeó en invitar a algunos a una taza de café en la cocina de su casa cuando se presentó la ocasión.

Maestra de profesión, regresó a Kiev, la ciudad que la vio nacer y en la que junto con su familia sufrió penurias y persecuciones, con el cargo de Embajadora de Israel en la Unión Soviética. A Milwaukee, la ciudad que la vio crecer, volvió como Primer Ministro del Estado de Israel. Su audacia la llevó a incursionar de incógnito en Jordania para entrevistarse en secreto con el Rey Abdalá en la esperanza de persuadirlo de no atacar al entonces en proceso de creación Estado de Israel. El monarca contestó pidiéndole que esperara, que tuviera paciencia, a lo que ella respondió: "nuestro pueblo ha estado esperando por 2.000 años. ¿Podría usted llamar a eso 'prisa'?". Dos días más tarde fue promulgado el Estado de Israel del que se está cumpliendo el 60 aniversario.

Así era Golda Meir, comedida pero audaz, optimista pero cauta; rebelde pero sensata.

Una mujer para quien la libertad estaba por encima de todas las cosas pero que, aun con todo el poder en sus manos, supo retirarse a tiempo.


 
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