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Tenis en Gaza con la ONU de árbitro, "Lanzando bolas" contra civiles israelíes desde territorios de los que Israel se retiró y que no ocupa

(Por George Chaya)


El Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-Moon parece incapaz de comprender que grupos terroristas bloquean la democracia en el Líbano, que Al Qaeda insiste en instaurar un califato en Irak, o que Israel está en guerra con Hamás, al que Estados Unidos considera entidad hostil y organización terrorista a pesar del pacifismo visceral adoptado por la Unión Europea.

En el caso que nos ocupa, el señor Ban Ki-Moon parece considerar el conflicto de Gaza una especie de juego de tenis, “tsunami violento sin fin” en la jerga diplomática, en el que Israel y Hamas se sirven pelotas alternativamente a través de la frontera buscando hundir al máximo al contrincante hasta llegar al juego y partido.

Pero el Secretario General considera que Israel no respeta las normas del juego, ya que sus servicios muestran "un uso desproporcionado y excesivo de la fuerza" en su lucha por derrotar al enemigo que ha jurado exterminarlo, y que no lo reconoce sino como objetivo a destruir.

El rais palestino Abú Mazén declaraba el mes pasado a la prensa egipcia que Hamas lleva a cabo acciones terroristas ocultándose tras los burkas y chadores de la población femenina de Gaza, desplegando sus lanzaderas de misiles en casas familiares utilizando a la población civil como escudos humanos.

El Secretario General de la ONU se manifiesta justamente “muy preocupado” por el gran número de mujeres y niños de Gaza que - como espectadores del proverbial partido de tenis - se convierten en víctimas inocentes de este juego mortal que se reitera día tras día entre ambos contrincantes. Para proclamar su “gran preocupación” por la escalada de violencia, Ban Ki-Moon ofrece "realizar todos los esfuerzos para poner fin a la violencia y establecer un período de calma”, llamando monótona e ingenuamente "a todas las partes a dar marcha atrás y detener este mortífero enfrentamiento".

Este patético liderazgo que en las últimas semanas ha encarnado Ban Ki-Moon evidencia definitivamente la incompetencia de Naciones Unidas, convertidas en un aparato burocrático del tamaño de la URSS. Si el señor Moon deseara por fin dejar su ridícula posición de autoproclamado árbitro de tenis para asumir las responsabilidades que le son naturales, existen muchas medidas que el señor Moon podría tomar para fortalecer a Naciones Unidas y evitar que acabe como su antecesora - la Liga de las Naciones ‐ algo que por otra parte parece cada vez más probable.

Como primera medida, el señor Ban Ki Moon podría condenar inequívocamente como “actos de terrorismo” los ataques con cohetes desde Gaza contra Israel, algo que no ha hecho aún. Todavía no se ha escuchado a la ONU que lanzar misiles sobre civiles no está bien.

El señor Moon sabe además que como Secretario General de Naciones Unidas, tiene la obligación de implementar la protección del integrante de la organización atacado, Israel en este caso. Considerando su preocupación manifestada constantemente a través de comunicados vacíos y ridículos, se diría que en la organización de Turtle Bay hay unos integrantes que son más miembros de Naciones Unidas que otros.

Tampoco se entiende la preocupación verborrágica del Secretario si tenemos en cuenta que la ONU no invoca la petición de asilo temporal para quienes deseen salir de Gaza con respecto a los vecinos. En defensa de la ONU es necesario decir que la preocupación de la Organización de la Conferencia Islámica acaba también en este punto: nos preocupan profundamente nuestros hermanos y hermanas árabes, pero solamente en lo que a fines propagandísticos anti israelíes se refiere.

Si la ONU desea hablar de preocupaciones humanitarias, como dice el dicho, estamos en Pascua. Porque correspondería a Egipto abrir permanentemente su frontera habilitando un cruce especial para permitir ingresar a Egipto a quienes lo deseen; sucedió en la guerra de Kosovo, sucedió en el Líbano con la Sexta Flota americana. ¿No nos preocupan tanto los palestinos de Gaza?

Si Hamas tratara de impedir de alguna manera la salida de los civiles de Gaza, la ONU está obligad por el Derecho internacional ‐ que tanto y tan selectivamente cita - a enviar una fuerza armada para abrir un paso seguro en la frontera con Egipto. Nada sabemos tampoco del Secretario en este extremo.

Todos estos puntos que vamos construyendo ilustran hasta dónde acaba de verdad la preocupación humanitaria de la ONU. Que cada uno saque sus conclusiones. Puesto que Naciones Unidas ha sido incapaz de definir el terrorismo hasta la fecha, tendría ahora la oportunidad de demostrar que sólo se trata de un asunto formal, y que oficiosamente está capacitada para ocuparse de los asuntos del mundo, como tan pomposamente afirman sus funcionarios. Si la ONU fuera además a ponerse a ello, Gaza es sin duda el lugar por donde empezar, dado que matemáticamente es el que más circulares de prensa le ocupa a la ONU desde principios del año. Pero nada de esto sucede. Corresponde al público juzgar la conducta del árbitro del partido.

Ello seria también un ejemplo aplicable a otras regiones, como el sur del Líbano, donde Hezbolá opera de manera similar ‐ similarmente brutal ‐ y donde, con la deserción del alto mando alemán en la materia en las páginas del Spiegel hace dos semanas, ya no hay nadie internacionalmente que defienda que UNIFIL ha servido para evitar que el grupo terrorista se rearme.

El partido no ha terminado aún, pero Naciones Unidas ya va perdiendo, para frustración del público del torneo.

Fuente: Diario de América

 
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