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Un emblema para impedir el olvido de la Historia

El musical Diario de Ana Frank: un canto a la vida, se estrenó en el teatro Häagen-Dazs Calderón de Madrid.

La idea de realizar un musical sobre esta historia surgió de un viaje de Rafael Alvero hace diez años a Amsterdam, ciudad donde se refugiaron Ana Frank y su familia de la represión nazi contra los judíos durante la II Guerra Mundial,
antes de ser descubierta y llevada a un campo de concentración donde fue asesinada.

"Tuve la oportunidad de visitar la casa donde se escondió Ana Frank y sentí la necesidad de hacer llegar estos sentimientos al público mediante algún proyecto relacionado con la música", explicó Alvero.



Desde que en 1947 salieran a la luz las primeras 1.500 copias de un pequeño diario escrito en hojas amarillentas, su autora adolescente, Ana Frank, pasó, sin quererlo, a convertirse en uno de los emblemas reivindicados por la causa judía para impedir el olvido de su historia. Aquel conmovedor testimonio de la niña que permaneció escondida en una buhardilla de Amsterdam entre el 9 de julio de 1942 y el 4 de agosto de 1944, cuando su familia fue descubierta por la Gestapo, y luego fue recluida hasta la muerte en un campo de concentración, se estudia y se lee en las escuelas de Israel como un ejemplo de coraje y de lucidez en medio del infierno hecho por hombres que fue el Holocausto. «Durante medio siglo, Ana Frank y su increíble diario han servido como símbolo de cómo, incluso en las más inhumanas condiciones, podemos encontrar luz, alegría y esperanza», reflexiona Gahl Sasson, profesor de Kabala.

Las páginas de su diario continúan hoy en todas las librerías. Su fotografía es inconfundible para toda la sociedad israelí, que ha seguido con inquietud exhaustiva los avatares en torno a la suerte del castaño -hoy provisionalmente salvado- que la joven veía crecer desde su ventana, los juicios en Alemania por la quema de una copia de su libro en 2006, la revelación de cada nuevo documento sobre su biografía. La prensa también ha dado puntual cuenta del montaje del musical que ayer se estrenó en España.

Ana Frank es un respeto y una presencia en Israel, que guarda como un tesoro universal algunas de sus postales manuscritas en el Museo del Holocausto. Desde esta institución, Pnina Hazan, directora para Iberoamérica y España, subraya: «Ella no es un símbolo sólo para el Judaísmo o Israel, es un humor único, una vida truncada antes de tiempo, que pertenece a la memoria de toda la Humanidad para que nunca se repita».


Fuente: ABC

 
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