
La historia de solidaridad sin límites fue protagonizada por el militar de 19 años Yaniv Pozoarik, y el árabe de 25 años Salim Louai, quien vivía desde hace cinco meses con un corazón artificial.
El soldado judío falleció por un disparo el pasado 25 de marzo, y sus padres decidieron inmediatamente donar sus órganos.
Así, los médicos iniciaron lo más pronto posible el trasplante, en una cirugía que duró seis horas.
Fuente: EFE