Según informó el diario Yedihot Aharonot, el recorrido comenzará cerca del shoping "Ha Zahav", pasará por Jolon y llegará a la "capital comercial" de la ciudad.
El comienzo de las obras está previsto para junio próximo: empezará en Petaj Tikva, seguirá en el barrio religioso de Bnei Brak, de allí a Ramat Gan y culminará en Tel Aviv; posteriormente se unirán Iafo y Bat Iam.
Para el alcalde Ron Juldai, el metro tiene como ventajas el menor costo y la mayor aceptación de los dueños de automóviles, que lo ven como un medio de transporte más ágil que el tren. El plan "es una lucha de muchos años y será para el bien de todo Israel", expresó el funcionario.
Por su parte, el ministro Mofaz opinó que la construcción del subterráneo permitirá planificar “de aquí a 30 ó 50 años y conservar la urbe como centro general, de negocios y cultura”.
Sin embargo, el diputado Dov Jenin, presidente de la Comisión de Medio Ambiente Social del Parlamento israelí, opinó en contra del proyecto.
"El cambio debe ser inmediato. Hay problemas graves de congestionamiento y contaminación, por lo que tendría que haberse hecho un tren, que solucionará las cosas con mayor rapidez", dijo el legislador.