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Multiculturalismo, polémica y tradición en el Festival de Cine Judío


La XI edición del Miami Jewish Film Festival (Festival de Cine Judío de Miami) regresa a las pantallas del sur de la Florida con su exploración de la condición judía --desde una perspectiva multicultural-- sin perder su foco universal.

Este año cuatro películas de America Latina forman parte del menú cinematográfico: la brasileña The Year My Parents Went on Vacation (2006) --selección oficial de Brasil para una posible nominación al Oscar-- que le dará inicio al festival este sábado 19 de enero; las producciones argentinas Hacer patria, de David Blaustein, y Cara de queso, de Ariel Winograd, ambas del 2006; y la mexicana Morirse está en hebreo (2007), de Alejandro Springall.

La directora del festival, Ellen L. Wedner, señala que después de haber visto todos los filmes que seleccionó para el festival se percató de que,de una forma u otra,todas las películas están relacionadas con un ''viaje''. El de un niño en Brasil obsesionado con el fútbol (The Year My Parents Went on Vacation); el de los residentes de un kibbutz en el norte de Israel (Galilee Eskimos, 2006); el de una familia en Inglaterra durante el Bar Mitzvah de otro joven (66, 2006); el de soldados israelíes en la galardonada adaptación de la novela de Ron Leshem, Beaufort (2007), el filme que clausura el festival el domingo 27 y la selección oficial de Israel para una nominación al Premio de la Academia.

''[Los filmes representan] viajes físicos y, en algunos casos, espirituales, o de crecimiento o de conexiones con uno mismo o con la familia'', recalca Wedner. ''[Temas] importantes que son universales''.

La colección de cintas internacionales que se presentarán en el MJFF incluyen un amplio panorama de largometrajes y cortos en diversos idiomas: portugués, español, hebreo, inglés, ruso, francés, entre otros, abarcando la condición humana --sin excluir algunos temas polémicos-- que nos ofrecen perspectivas muy personales sobre una cultura, una religión, una tradición antigua que mantiene viva su fe, su color, su pasión y su dinamismo en su gente en el siglo XXI por medio del séptimo arte.

''Existen ciertos ingredientes que siempre busco. Un buen festival debe tener una relación con el lugar donde [se presenta]'', afirma Wedner, quien ha dirigido el festival, presentado por el Center for the Advancement of Jewish Education, desde el 2003. ``Mi foco es nuestra audiencia, nuestro mercado. El que desee ir al festival encontrará filmes de Argentina, México, y Brasil, películas que tienen algún tipo de relación con sus vidas cotidianas''.

La cotidianidad de una familia de judíos mexicanos se rompe cuando el patriarca muere. Morirse está en hebreo (My Mexican Shivah) es una comedia negra con un ritmo un poco lento, que se centra en los siete días de duelo de Moishe. Lo mejor son las actuaciones, especialmente la de la primera actriz Blanca Guerra, que lleva con gran dignidad el hecho de ser una completa outsider ante el grupo familiar por ser la querida del muerto, y además una gentil, es decir no judía. Destacan por su mordacidad dos ancianos barbados que podrían ser una alegoría del ángel de la maldad y la bondad, y que ''pesan'' el alma del muerto para saber hacia dónde se inclina.

Hacer Patria (Forging a Nation) es un documental sobre varias generaciones de judíos en la Argentina, desde la llegada de los primeros procedentes de Polonia en los años 20 hasta la generación del director, David Blaustein, de 58 años.

''Me preguntaba por qué mi padre no había contado nunca su infancia en Polonia, pero la verdad es que nunca le habíamos preguntado'', dice el director en entrevista telefónica desde Argentina.

El viaje para reconstruir la historia familiar se inicia en los archivos donde se registraba la llegada de los inmigrantes al país. Fallecidos los abuelos y el padre, el mejor recurso es el testimonio de los primos mayores. Con paseos por las calles de Buenos Aires, conversando con sus hermanos, el director, expuesto a la cámara, también aborda el exilio de su generación en los años 70.

Unos de los aspectos aclamados del documental es su visión intimista. ''Me interesa más la historia de los personajes anónimos que la de los públicos, porque de éstos el espectador ya tiene una visión. Reconoce sus virtudes y defectos'', dice el director.

El documental norteamericano As Seen Through These Eyes, de Hilary Helstein, se enfoca en los artistas de los campos de concentración. Está narrado por Maya Angelou y cuenta con testimonios de Simon Wiesenthal, Samuel Bak, Ela Weissberger y el gitano Karl Stojka. Se presenta como parte del Programa de Naciones Unidas en Memoria del Holocausto.

En The Year My Parents Went on Vacation (2006), de Cao Hamburger, un niño separado de sus padres por circunstancias políticas en el Brasil de 1970 es la base de este drama de descubrimiento en un mundo de incertidumbres. Su refugio es su abuelo paterno, que trata de ofrecerle una vida ''normal'' dentro de las estrictas costumbres judías. Contado desde el punto de vista del niño, este drama brasileño ofrece mucho para reflexionar. El realismo del filme, la excelente fotografía, y un guión que nunca cae en emociones artificiales resultan en una experiencia cinematográfica que satisface en muchos niveles y reafirma el poder de supervivencia de la inocencia. En portugués con subtítulos en inglés.

Cara de queso, Mi primer ghetto, también se centra en el niño Ariel y su grupo de amigos, que pasa las vacaciones de verano con sus padres en un country club en las afueras de Buenos Aires, en los años 90. Es la operaprima del director Ariel Winograd, que ganó una beca para filmar con Spike Lee en Nueva York, y cuentan que fue allí donde se puso una camiseta con el letrero: ''Necesito $100,000 para filmar Cara de Queso''. Lo cierto es que consiguió un excelente grupo de actores de primera línea en el cine argentino que incluye a Susú Pecoraro (Camila) como la madre de uno de los niños, y a Federico Luppi, como el arquitecto y único adulto testigo de la afrenta que desata la trama. Fresca y divertida, cuenta con la música de la banda Massacre.

Arranged, dirigida por Diane Crespo y Stefan C. Schaefer, se centra en la amistad entre dos jóvenes maestras, una ortodoxa judía y una siria de religión musulmana, en Nueva York. Interpretada por Zoe Lister Jones y Francis Benhamou con una suave elegancia que demuestra su respeto a las tradiciones familiares, las jóvenes tienen muchos aspectos en común, a pesar de sus diferencias religiosas. La elección de sus futuros esposos será un asunto familiar, matrimonios arreglados por casamenteras casi profesionales. Como comedia romántica incluye disfraces, estratagemas y un final feliz.

66 (2006), de Paul Weiland. En la víspera de su Bar Mitzvah un niño judío en Inglaterra en 1966 descubre que padece de asma. Pero ése no es su mayor problema. Su gran fiesta coincide con el día que dos equipos de fútbol competirán para la Copa Mundial. Si el equipo de su país resulta finalista existe la posibilidad que la tradicional celebración con la que el muchacho sueña se convierta en un bochornoso fracaso. Weiland ha creado una comedia deliciosa. Las actuaciones de Helena Bonham Carter y el resto del elenco son consistentemente convincentes . Esto es algo que Woody Allen pudiera haber escrito, pero sin intelectualismos innecesarios.

En Steel Toes (2006), de Mark Adam y David Gow, un abogado judío enfrenta el reto de defender a un neonazi que ha matado brutalmente a un inmigrante de la India. El prisionero insiste en ser defendido por el crimen y no por sus ideologías racistas. La trama es un juego de ajedrez entre un astuto criminal y un hombre noble pero con un carácter igualmente fuerte. David Strathairn (Good Night and Good Luck), en el rol del abogado, es brillante.

Fuente: Nuevo Herald

 
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