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Un parque bíblico recrea la vida de los judíos de Israel hace 2.000 años


Situado entre Jerusalem y Tel Aviv, Neot Kedumim es un parque que recrea la vida de los judíos que vivían en Israel hace 2.000 años y combina los hallazgos arqueológicos con la vegetación característica de la época bíblica.

Se trata de una superficie de colinas, valles y llanuras que comprende 253 hectáreas y en la que el visitante puede comprobar de primera mano cómo el pueblo judío se servía de rústicas técnicas de agricultura para obtener aceite de oliva, vino o trigo, elementos esenciales para la subsistencia y la relación con su único dios.

Numerosos restos arqueológicos como cisternas, baños rituales, presas, molinos de piedra y construcciones fortificadas que datan de un período de entre 2.000 y 1.500 años, atestiguan la presencia de una población rural bien organizada.

Los expertos sitúan en la zona el viejo emplazamiento de Modiín, lugar de residencia de una familia de la casta sacerdotal judía que se levantó en armas contra los gobernantes griegos que dominaban la zona desde los días de Alejandro Magno.

"Hablamos del año 164 a.C, un período en el que el gran imperio griego ha conquistado toda la zona. Y una de las descripciones históricas del cronista judío Flavio Josefo relata que las personas que vivían aquí eran conocidas como hasmoneos o macabeos, que más adelante se convirtieron en reyes", explica la responsable del departamento de visitas del parque, Ronit Maoz.

Lo hace junto a un altozano coronado por una construcción de piedra que incluye varias habitaciones y un pozo, desde la que se observa a lo lejos la metrópolis de Tel Aviv.

Los arqueólogos sustentan su tesis con el testimonio del famoso cronista judío, que "describió que desde el puerto de Yaffa -hoy inserto en Tel Aviv- uno podía divisar las siete grandes pirámides que esos reyes se construyeron sobre esta colina".

Este particular parque temático cuenta además con centenares de variedades de árboles y arbustos que han sido trasplantados y aparecen recogidos en distintas fuentes como el Antiguo Testamento, el Talmud, los Evangelios o las crónicas de Josefo.

Los árboles más populares en tiempos bíblicos eran el sicomoro, conocido como la "higuera egipcia", y el olivo, cuya rama fue portada por una paloma tras el Diluvio Universal (Génesis) y es considerado símbolo internacional de paz.

También abunda la "moriá", planta que sirvió de inspiración para el diseño del candelabro de siete brazos (Menorá) utilizado en el antiguo templo de Jerusalem y que es emblema del Estado de Israel.

Los responsables llaman la atención sobre la relación que mantenían los antiguos pobladores con la naturaleza y una doctrina monoteísta que chocaba frontalmente con el paganismo helenístico.

Este culto, hasta ese momento el único que adoraba una sola divinidad, guarda un estrecho vínculo con los cultivos de los elementos que aparecen hasta el día de hoy en toda cena de la jornada sagrada del judaísmo, el "shabat": el vino, el pan y las velas, que no simbolizan otra cosa que la uva, el trigo y el aceite.

Como puede apreciarse en el parque, los antiguos hebreos machacaban y prensaban estos cultivos en orificios cavados en la roca o en trituradores de piedra manuales, en unas instalaciones denominadas "Getsemaní".

La palabra proviene de la raíz hebrea de "gat", literalmente prensa para producir vino, y la voz "semane" que deriva de "shemen", o aceite en hebreo.

El profeta Gedeón cuenta que en ellos también se molía el grano de trigo.

Los molinos evolucionaron convirtiéndose en enormes piedras circulares tiradas por mulas o camellos -reconstruidos en el lugar-, que ilustran una de las labores a las que el forzudo Sansón fue castigado por los filisteos en Gaza.

El visitante también puede degustar en Neot Kedumim un menú típico de la época y comprobar cómo se fabricaban utensilios como lámparas de aceite.

En conjunto, un parque que trata de arrojar luz sobre uno de los períodos más turbulentos y a la vez apasionantes de la Tierra de Israel.

Fuente: EFE

 
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