
En Italia y Estados Unidos, rabinos y organismos judíos alertaron ayer al Papa de que contribuirá a tensar aún más las siempre delicadas relaciones entre católicos y judíos con su decisión de levantar la excomunión de los prelados, en especial la de uno de ellos, Richard Williamson (foto).
Tres días atrás, en una entrevista con la televisión sueca, el judeófobo Williamson negó la existencia del Holocausto. "No existieron las cámaras de gas", dijo el prelado, quien, como el resto de discípulos del fallecido arzobispo Marcel Lefebvre, es contrario al reformismo del Concilio Vaticano II, al diálogo entre religiones y a las misas que utilicen las lenguas vernáculas y no el latín. De acuerdo con Williamson, la cifra de seis millones de judíos muertos a manos de los nazis es una patraña; como mucho, señaló, "fallecieron 300.000".

La rehabilitación de Williamson, dijo el principal rabino de Roma, Riccardo Di Segni, abrirá una "profunda herida". "Es obsceno", declaró, entre muchos otros, el director de la Liga Anti-Difamación de Estados Unidos, Abe Foxman, para el que la iniciativa del tradicionalista alemán Joseph Ratzinger, hasta ahora no publicada pero tampoco desmentida, "será un insulto para las relaciones entre los católicos y los judíos y para la memoria de los millones de judíos que murieron por el simple hecho de ser judíos".

Estas declaraciones se produjeron el mismo día en el que se inauguraba, en Berlín, una exposición organizada por el Vaticano para tratar de rehabilitar la imagen de Eugenio Pacelli, conocido como Pío XII durante su papado.
Fuente: AFP
