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Uri Tzvi Grinberg, la voz de los profetas y de los Baalei-Midrash

Nació en Bialykamien, Galitzia. Fue educado en Lvov, donde recibió una formación tradicional jasídica. Desertó en 1917 de la armada austríaca luego de luchar en el frente serbio. Al regresar a Lvov fue testigo de los pogroms contra los judíos en 1918, hecho que marcó definitivamente su vida. Luego de la guerra comenzó a publicar poemas en hebreo e idisch, liderando las filas de los poetas expresionistas judíos. Emigró a Israel en 1924 donde comenzó a publicar exclusivamente en idioma hebreo. Desarrolló ideas y posturas ultranacionalistas, en contra del moderado socialismo del partido laborista imperante al cual atacaba a través de los artículos periodísticos y poemas que escribía. A su vez, advertía en su literatura sobre el peligro que se avecinaba para los judíos de Europa. Su poesía, de gran compromiso ideológico, es vehemente y apasionada. Obsesionado con la visión del horror, la temática de sus obras gira en derredor de la necesidad del establecimiento de una nación hebrea soberana en Sión y en vigorosas elegías a la destrucción de la comunidad judía europea. Su obra "Mi Amaquim" (De Profundis) es el grito de dolor ante el martirio y las torturas del pueblo judío. En 1937 escribe "El libro de la acusación y la creencia", pieza troncal que define su estilo y donde el autor expone sus puntos de vista políticos y poéticos. De carácter polémico es el poema titulado "Podredumbre en la casa de Israel", concebido contra ciertas orientaciones modernistas en Eretz Israel. Desde 1949 a 1951 fue miembro del Parlamento Israelí (Knéset). Recibió el Premio Bialik en 1948 y el Premio Israelí a la Literatura Hebrea en 1957. La Universidad de Tel Aviv le otorgó el Doctorado Honoris Causa en abril de 1976, y la Universidad de Bar Ilán hizo lo propio en junio de 1977. Fue nombrado Ciudadano Ilustre de las ciudades de Tel Aviv y Ramat Gan, y la Knéset sesionó en su honor el 1° de noviembre de 1977. En diciembre del mismo año recibió el Premio Bialik por tercera vez. Uri Tzvi Grinberg murió en 1981.



Los versos de Grinberg hablan con tanta claridad que hacen superfluo todo comentario.


La canción y la espada


El pueblo albano es libre con su rey en el trono
El pueblo grande de Israel es fugitivo en toda tierra
Lo seguirá siendo si no toma su destino en sus manos
Y si no triunfa en el combate, nunca será soberano.
¿Qué es lo que da independencia a un pueblo?
Primero: la fuerza de sus bellas canciones
Segundo: la fuerza de su ejército en el campo.
La canción y la espada. No hay una sin la otra.
Así apareció la poesía en todas las generaciones
El canto del divino Ibn Gvirol en España
Tenía sensación de dominio porque rigió la espada
Pero nosotros, sin majestad - perdimos la espada
¿Acaso se da la espada? La espada se toma
y sobre ella se santifica a todo joven del pueblo.
Si lo entendemos, gobernaremos y si no
Seremos molidos en el mortero del Islam


De nosotros surgirá el vengador

De nosotros surgirá el vengador
Y en su sangre llevará la acción cruel
La fuerza de la bendición de la ira del pueblo.
De los padres de sus padres, conquistadores de Canaán hasta David
Y la ciencia del poder de David estará en él.
Y vendrá hasta el límite de Jafo y la observará:
Cachorro de león en su cueva
Y cantará en él toda la sangre de los conquistadores
Y de los antiguos vengadores:
Y hervirán en él todas la iras reprimidas
Y se sentirá excitado cual caballo que siente
El olor de la sangre en la batalla:
Dispuesto a arojarse sobre la ciudad
Y pasar con las herraduras sobre la sangre del camino

Hasta que los conduzcan sobre las espaldas de enemigos derrotados
Que antes pisotearon cadáveres de Israel sobre las fosas.
De nosotros surgirá el vengador
Y de su boca saldrá la sentencia
Será la boca del Mesías de la sangre que se levantó
Que antes de hablar revisó toda herida y toda hendidura
En cada cuerpo de mis muertos en toda generación y en todo tiempo
Y de ello probó toda la angustia y toda la amargura
Y recibió la orden de venganza,
Por lo tanto será su sentencia, desde el Sinaí ardiente
Hasta la más cruel acción de mis enemigos:
Doble sangre por la sangre!
Doble fuego por el fuego!
Múltiple verguenza a mis enemigos!
Porque así enseñó la cultura de los hebreos,
Porque así enseño la cultura de los gentiles
Porque asi retribuyen los pueblos a sus enemigos.
Po lo tanto será su sentencia
No santificación del nombre del Señor
Sino defensa del nombre del Señor,
Y no eternidad de Israel sino Reino de Israel.
En los días de nuestra infancia nuestros maestros nos enseñaron
Canciones como surgidas de las cuerdas del violín;
La acción de los hermanos Shimón y Leví, su ira potente
Y las guerras del Señor contra nuestros enemigos
En las campañas de conquista
Y durante las plegarias de nuestros padres, estuvimos parados
Pequeños hasta las rodillas y repetíamos
Lo que decían los grandes envueltos en su mantos de oración,
Al Señor rezábamos con corazón pequeño y dolorido
Que vengue la sangre derramada y nuestras casas quemadas
Y cada uno de nosotros, judíos pequeños hasta las rodilla
Semejó al torturador y al ofensor nuestro, a la imagen de Amalek;
Al muchacho que le hizo doler en medio de la calle
Con una trompada en la boca hinchándole los labios
O escupiéndole en el rostro
O arrancándole las patillas
O amenazándole.
Y cada uno de nosotros, judíos pequeños hasta las rodillas
Anhelaba vengarse del enemigo dominante
Que también nosotros tengamos un rey grande,
Que también nosotros tengamos un ejército
Y buscábamos el uniforme del soldado que venía a casa.
Y si tuvo suerte era nuestro hermano, tío o pariente
Y sacábamos la espada de su vaina y brillaba en los ojos,
Y ponía sobre mi cabeza pequeña la gorra grande,
Y mucho se calentaba mi pequeño cuerpo
Como si fuera día de verano en el bosque.
Hasta que surgieron otros maestros y otros alumnos,
Temerosos de la visión de éstos y despreciadores de la visión aquellos
Los grandes enseñaron a los pequeños lo contrario:
La ciencia del judío protegido.

Y yo el poeta en esta generación, generación de maestros vasallos
Y de alumnos sin Dios y sin la canción de las generaciones en su sange,
Les digo a los que saben mi idioma en ésta y en la próxima generación:
Como del Sinaí ardiente, una es la orden
Y no hay otra más sagrada en el mundo:
Doble sangre por la sangre!
Doble fuego por el fuego!
Múltiple vergüenza al enemigo!
He aquí que estamos nuevamente en Jodafat!
Los hijos de Flavius son nuestros comandantes.
Cuatro meses dura el incendio.
Los hijos de Flavius ordenan restricción
Y la ira está contenida en la frase.
Yo me levanto para dar la voz de Jodafat:
No escuchéis a los hijos de Flavius!
Si os contenéis caerá la fortaleza como entonces,
Como en los días de Flavius será ahora
Y será un llanto para las futuras generaciones,
Reunid fuerzas, muchachos de Israel
De entre nosotros surgirá el vengador
en las aguas del Mediterráneo lavará sus pies
Y después vendrá al Eufrates a lavar su ropa
Y dar de beber a sus caballos que recorren las distancias.



Dios vendrá en ayuda del pueblo en armas

Llegaron las aguas hasta al alma…
El cielo es para nosotros cual tierra helada
Entre germanos y eslavos
Y la tierra nos es mar.
Dios no viene en ayuda nuestra
Esclavos en todos los lugares de la tierra.
Reconozcamos, judíos la fuerza de los dedos de nuestras manos!
Contemos las decenas de miles de nuestros jóvenes de anchas espaldas
También en sus ánimos ilumina el sol de la ira rebelde!
Apreciemos el peso de la lava en nosotros oculta!
Convoquemos a los leones rebeldes en nuestro ánimo oscuro!
Enunciemos ideas, ocultas como gotas de lluvia
Saladas por nuestras lágrimas.
Endurezcamos, como metales, nuestras voluntades!
Afilemos nuestras espadas para la marcha sagrada
Que algún día iniciaremos
Cuando de nuevo estaremos armados y dispuestos a subir a los barcos
Que por ahora forman un bosque de mástiles en los puertos,
Y parecen de lejos, a la luz de la luna
Dos grandes instrumentos musicales que acompañan
Nuestro canto revolucionario.

Llegaron las aguas hasta el alma…como los peces
Maldito quien enseña al pueblo que dieciséis millones
vivan sus vidas ahogadas, destino de peces
y que nunca se afirmen sobre su propia tierra,
que merezcan menos que el pequeño pueblo de Albania,
que nuestros fuertes hijos sigan sirviendo
en ejércitos extraños y enemigos nuestros.
Que digan: no hace falta heroismo del popio pueblo
Y, así diciendo, seguir siendo soldados de Edom.
Maldito quien enseña al pueblo: seguir en las cárceles
Y subir al cadalso por la libertad extraña, no por la judía,
Y bendito sea el que viene a enseñar al pueblo lo contrario:
El que enseña la lógica brillante de los pueblos.
Tenèis que ser tú, vuestros millones, como los demás pueblos
Que viven sobre su tierra negra.
Debéis tener ciudades y aldeas, con árboles y con casas
Ejército de jóvenes de anchas espaldas
Y barcos con marineros en el mar.
Dios vendrá en ayuda del campo arado!
Dios vendrá en ayuda del pueblo en armas!
Pero Dios no vendrá hacia las bandas de esclavos
Dispersos en la tierra.

Una es la verdad, no hay dos.

Vuestros maestros os enseñaron: Una patria se compra con dinero.
Se compra la tierra y se toma la pala.
Y yo os digo: No se compra una patria con dinero
Y con la pala también se cava una fosa en la tierra
Y se entierra en ella al muerto.

Yo os digo: Una patria se conquista con sangre,
Por la sangre heroica se la hace propia,
Y sólo lo conquistado con sangre
Se santifica en el pueblo con la santidad de la sangre
Y sólo el que sigue el cañón en el campo
También merecerá seguir su buen arado
En la tierra conquistada:
Y sólo esta tierra dará pan fortalecedor y alimenticio,
Y la casa que se construirá sobre sus cimientos
Será altar y fortaleza
Porque absorbió sangre honorable.

Vuestros maestros os enseñaron
El Mesías vendrá en largas postreras generaciones
Y Judea surgirá sin sangre y sin fuego.
Se levantará con cada árbol, con cada casa construída,
Y yo os digo: si vuestra generación se atrasara
y en nuestros tiempos no actúa
y si no lograréis tomar el destino en vuestras propias manos,
y si en el fuego no entraréis con el escudo de David
y si no pisarán las patas de vuestors caballos charcos de sangre
el Redentor no vendrá ni en la más lejana generación
y nunca se levantará Judea.

Vosotros pagaréis tributo a todo gobernante extranjero.
Vuestra casa será paja para la chispa
De todo bandido o incendiario,
Y todo árbol vuestro con su carga de fruta madura
Será talado.
Vuestros vientres serán perforados por manos enemigas
Y el valor del muchacho será igual al del lactante
Ante el filo de la espada del enemigo.
Sólo vuestra habladuría permanecerá
Vuestra única propiedad en la vida.
Testigos de vuestra vergüenza, serán documentos
Dispersos en todos los archivos,
Y la eterna maldición universal
Se verá en el perfil de vuestra imagen
Vuestros maestros os enseñaron
Una verdad hay para los pueblos: sangre por sangre!
Pero esta verdad no tiene vigencia para los judíos;
Y yo os digo: Una es la verdad, no hay dos,
Como uno es el sol y como no hay dos Jerusalem
Esta verdad está escrita en la doctrina de conquista
De Moisès y de Josuè
Hasta el último de nuestros reyes, león herido
Una es la verdad que los dientes de la Diáspora y de los traidores
Royeron durante los tiempos.

Pero vendrá un día
En el que desde el río de Egipto hasta el Eufrates
Y desde el mar hasta las montañas de Moab
Marcharán nuestros jóvenes armados
Y llamarán a nuestros enemigos y a quienes nos odian
A la última batalla
Y la sangre decidirá: Quien será aquí el gobernante.

 
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