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Una superviviente del Holocausto dirige el Congreso judío de Alemania



Charlotte Knobloch tenía 6 años cuando los nazis iniciaron la persecución de los judíos. Sobrevivió al holocausto gracias al valor de una empleada de su casa, de religión católica, que la hizo pasar por su hija ilegítima y la escondió en una finca en Franconia.

Setenta años después, Charlotte Knobloch es la mujer más influyente de la comunidad judía que vive en Alemania gracias al cargo que ocupa desde 2006. Ese año, el Consejo Central Judío rompió una larga tradición de presidentes varones y la eligió para la dirección del organismo.

El trabajo de Charlotte Knobloch es posiblemente uno de los más delicados y difíciles que existe en el país alemán, además de uno de los más peligrosos. Con 76 años cumplidos, la presidenta debe emitir juicios sobre antisemitismo, los neonazis, el programa nuclear iraní, el conflicto árabe-israelí y exigir un mayor compromiso del Gobierno de Berlín para luchar contra los nuevos fantasmas.

En ocasión del setenta aniversario del comienzo del pogromo antisemita, Knobloch admitió que ha recibido varias amenazas de muerte, una revelación que causó consternación, pero dejó también al desnudo que sus denuncias tienen raíces profundas. «En este trabajo, una tiene que ser abierta y honesta, creíble y convincente», dijo en una entrevista reciente. «Tiene que saber lo que puede decir en público y también hay que ser críticos, incluso con el Ejecutivo».

Pero la misión más delicada de Charlotte Knobloch es impedir que se rompa el delicado balance que existe entre la comunidad judía y el resto de la sociedad germana. El Consejo Central Judío es una organización política y social que presenta los intereses de 170 comunidades que suman más de 100.000 miembros.

Como presidenta apoya la integración de los inmigrantes que llegan de la antigua Unión Soviética, mantiene un contacto regular con el Gobierno federal de Angela Merkel y fomenta la creación de nuevas comunidades y templos religiosos, como la sinagoga que fue inaugurada recientemente en Múnich.

Fuente: AN

Kosher, el vino judío ortodoxo que se abre espacio en las bodegas españolas



El Kosher, un vino en cuya elaboración intervienen únicamente las manos de judíos ortodoxos que siguen unos requisitos especiales, tiene cada vez más adeptos en España y ya no hay que pedirlo a Israel: media docena de bodegas españolas lo producen y cada vez con más éxito.

Kosher procede del yidish y significa "puro, apto" en términos de la Kashrut -conjunto de preceptos de la Antigüedad judía- y, en lo referente al vino, describe al caldo que ha sido manipulado y elaborado exclusivamente por las manos de un judío ortodoxo.

Pau Roca, secretario general de la Federación Española del Vino, afirma en declaraciones que el Kosher lo conocen muchos enólogos, "pero no la gente en general".

Para poder ostentar el título de Kosher, durante el proceso de elaboración deben respetarse una serie de normas, como por ejemplo que las cepas "tengan una antigüedad mínima de cuatro años", que "cada siete años haya que dejar morir la uva", o la "kosherización (higienización) de todo el material mediante lavados alternos de agua caliente y fría", explica la sumiller internacional Sandra Aulló.

Sin embargo, lo más representativo es que durante el proceso se requiere la constante "supervisión por parte del rabino", que es además el encargado de decidir si la uva alcanza o no la calidad suficiente, y que en ausencia de éste, "se precintan todas las barricas de la bodega para que nadie tenga acceso", añade.

Estas exigencias de producción -subraya el secretario general de la Federación Española del Vino, Pau Roca- encarecen el coste de este caldo, que "hoy día se exporta fundamentalmente a Estados Unidos, y también a Israel y algunos países europeos"

En España hay tan sólo media docena de bodegas dedicadas a producir este peculiar vino. Una de ellas es la de Capçanes, en la región catalana del Priorato, que esconde su joya, el "Flor de Primavera", un caldo "potente y joven, muy glicérico, y de lágrima lenta, que cuesta entre 20 y 25 euros", explica Aulló, quien además de sumiller es socia de esta cooperativa vinícola. Del millón de botellas que producen anualmente los vinicultores de Capçanes, sólo 20.000 son "Flor de Primavera" y "se exportan casi en un 80 por ciento, la mayoría a la comunidad judía de Nueva York".

Otro de estos singulares especímenes se oculta entre las barricas de la Bodega Garzal, en la región burgalesa de Aranda de Duero, donde venden su "Garzal Kosher" a unos 10 euros. El enólogo y gerente de esta bodega Antonio Díez explica que el certificado de aptitud para poder producir este Ribera del Duero les fue concedido por el rabinato de París, y que su aventura por explorar el procedimiento vinícola Kosher les ha servido "como excusa para conocer la cultura judía y usar el vino como herramienta de comunicación".

Fuente: EFE

Accidente laboral en Gaza: Mueren dos terroristas que manipulaban un misil antes de lanzarlo a Israel



Una explosión en el norte de la Franja de Gaza causó la muerte a dos terroristas palestinos e hirió de gravedad a otros, dijeron el sábado trabajadores médicos.

Según testigos, los dos milicianos perdieron la vida al explotar el cohete artesanal que iban a lanzar contra el sur de Israel.

Un portavoz del Ejército israelí negó que los militares hubieran realizado alguna redada y negó toda responsabilidad relacionada con el hecho.

Uno de los terroristas murió en el acto y el otro falleció después en el hospital de Yabalia a consecuencia de las graves heridas que sufrió, precisaron fuentes médicas.

Otros tres terroristas resultaron heridos.

Fuente: EFE

¿Debe Israel proveer servicios a Gaza? por Julián Schvindlerman



Los bombardeos a los que somete Hamás a las poblaciones del sur de Israel repercuten directamente en la provisión de alimentos, combustibles y medicinas para los habitantes de Gaza.

La ley internacional no obliga a Israel a proveer a Gaza de combustible y electricidad, tampoco de mercancías o de cualquier tipo de servicio. Y no existe ley moral alguna que obligue a un Estado sometido a ataque a suministrar asistencia de cualquier tipo a la entidad que le está atacando.

A juicio de Abraham Bell, profesor de Derecho en la Universidad Bar Ilán, el artículo 23 del IV Convenio de Ginebra permite a Estados como Israel cortar el suministro de combustible y electricidad a territorios como Gaza. Israel sólo debería permitir el paso de alimentos, ropas y medicinas que tengan por destinatarios a menores de 15 años y a mujeres embarazadas o que estén dando a luz. Por otro lado, Israel estaría obligado a no interferir en los envíos de terceros, pero no a ejercer de proveedor. El artículo 70 del Primer Protocolo Adicional de la Convención de Ginebra de 1977 amplía los requerimientos relacionados con las provisiones esenciales, pero entre los bienes y servicios cuya circulación ha de ser permitida no se cuentan el combustible y la electricidad.

Bell destaca que el hecho de que se dependa del suministro extranjero no implica la existencia de obligación legal alguna relacionada con el mantenimiento del mismo. Por decirlo pronto: Arabia Saudita no está obligada a proveer de petróleo a Europa, ni Occidente está obligado a suministrar ayuda alimenticia a Somalia o a Darfur. Tampoco una administración militar previa crea obligaciones legales. Así, sobre Egipto no ha recaído obligación alguna por haber ocupado Gaza durante casi veinte años; tampoco sobre las Naciones Unidas con respecto a Irak y Libia, países a los que en su día impuso zonas de exclusión aérea.

El artículo 23 del IV Convenio de Ginebra hace referencia al suninistro de ciertos bienes y servicios a la población civil del enemigo, pero esto no es aplicable al caso que nos ocupa porque ni Israel ni Gaza son signatarios de dicho documento ni la Franja es un territorio ocupado. Con todo, aun si el Convenio obligara a Israel, el Estado judío estaría cumpliendo con la legalidad internacional, pues el derecho consuetudinario permite el control del material humanitario para comprobar que no se pone a disposición de la economía o los esfuerzos militares del enemigo, lo cual ha sucedido en numerosas ocasiones. Recordemos que, en febrero, Hamás se hizo con 14 camiones de la Cruz Roja repletos de ayuda humanitaria, y que en abril atacó un convoy de camiones que transportaban combustible para la UNRWA, la agencia de asistencia a los refugiados palestinos. "Hamás está destinando el combustible a los vehículos de sus líderes y fuerzas de seguridad", declaró entonces un palestino de Gaza al Jerusalem Post, mientras que un oficial palestino de Ramalá afirmó: "Hamás está robando o bloqueando la mayor parte de las provisiones de combustible".

Por todo ello, Israel no está incumpliendo con la ley internacional al reducir o interrumpir el suministro a la Franja.
La exigencia moral impuesta a Israel –objetivo de los cohetes Qassam que lanzan los terroristas desde Gaza– es, por lo demás, absurda. Ningún Estado debe procurar servicios o mercancías a una entidad agresora. Por otro lado, el pueblo palestino no puede pretender ser inmune a las consecuencias derivadas de las decisiones adoptadas por el Gobierno que ha elegido, menos aún cuando numerosas encuestas de opinión reflejan un apoyo sustantivo de los habitantes de la Franja a Hamás, algo que se condice con la atmósfera general: según una encuesta publicada este mes por la Universidad de Maryland y Zogby Internacional y efectuada entre unas 4.000 personas en Egipto, Jordania, Líbano, Marruecos, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, la mayoría de los árabes prefiere a Hamás antes que a Al Fatah. Además, las manifestaciones en apoyo al terrorismo de Hamás dan cuenta de una población encantada con el asesinato de israelíes.

Luego del atentado contra una yeshivá de Jerusalén el pasado marzo, las calles de Gaza se llenaron de palestinos alborozados (algunos hasta regalaron caramelos), mientras que otros fueron a dar gracias a las mezquitas. Lo mismo sucedió en febrero, luego de un atentado suicida perpetrado en Dimona: hubo conductores que hicieron sonar las bocinas de sus coches en señal de júbilo, y jóvenes que repartieron flores y golosinas. También se registraron expresiones públicas palestinas de apoyo a Hezbolá durante su última guerra contra Israel, así como a Sadam Husein cuando, en la primera Guerra del Golfo, lanzó 39 misiles Scud contra el Estado judío. Otro tanto ocurría durante la llamada Segunda Intifada cuando los grupos terroristas palestinos perpetraban atentados suicidas.

Así las cosas, resulta inadecuado cargar responsabilidad moral alguna a Israel por las necesidades humanitarias de un pueblo que exulta cuando se derrama sangre israelí.
Al centrar su atención en las infundadas exigencias morales y legales que se hacen a Israel, la comunidad internacional está pasando por alto la manera de proceder de Hamás, que busca acentuar la crisis humanitaria en Gaza para sacar tajada política. Hamás no sólo ha atacado camiones que llevaban alimentos y combustible a Gaza, es que ha llegado a atentar contra la terminal de Nahal Oz, de donde sale combustible para los palestinos. "Se hicieron con el control del combustible y dispararon contra la terminal para torpedear el suministro a la Franja", admitió en abril Mojahed Salam, titular de la agencia de combustible de la Autoridad Palestina. Al agudizar la crisis humanitaria, Hamás busca, cruelmente, aumentar la presión mundial sobre Israel.
Asistimos, pues, una vez más, a un clásico de clásicos en el conflicto palestino-israelí: a Israel se le acusa de cometer atropellos inexistentes, en tanto que al liderazgo palestino se le perdonan delitos que sí comete. La adjudicación de responsabilidad por la crisis humanitaria de Gaza es moralmente relevante y prácticamente útil, en tanto permitirá –al menos a quienes estén dispuestos a admitir la realidad– identificar sus causas verdaderas y poder remediarlas con efectividad.

(*) El autor es Licenciado en Administración de la Universidad de Buenos Aires y Master en Ciencias Sociales de la Universidad Hebrea de Jerusalem. Fue director Ejecutivo Adjunto de United Nations Watch, una ONG suiza dedicada el monitoreo de la ONU en Ginebra.

Fuente: Libertad Digital

Livni asegura que Israel recurrirá a la fuerza para defender a sus ciudadanos si son atacados desde Gaza



La ministra de Asuntos Exteriores israelí y presidenta del partido Kadima, Tzipi Livni, advirtió hoy de que Israel recurrirá a la fuerza para defender a sus ciudadanos si son atacados por terroristas palestinos desde la Franja de Gaza.

"Las normas respecto a Gaza son claras: si reina la calma y ese tiempo (el que dura el alto el fuego) no se usa para preparar el próximo ataque, Israel mantendrá la situación en calma. Pero si los ciudadanos israelíes son atacados, usaremos la fuerza para defenderles", afirmó.

"Israel no quiere una escalada, pero no podemos sentarnos ociosamente mientras el alto el fuego se infringe una y otra vez. La otra parte debería saber que llega un momento en que Israel dice 'basta ya'", subrayó. Durante la última semana, los terroristas palestinos han incumplido el alto el fuego pactado en la Franja de Gaza, estos últimos disparando cohetes contra el sur de Israel.

Horas antes, el ministro de Defensa, Ehud Barak, había indicado que una de las opciones que podría barajar Israel frente a los ataques en una operación militar de gran escala en la Franja de Gaza. "Una situación en la que los misiles Qassam han vuelto a Sderot", en el sur de Israel, "y a la zona judía de alrededor de Gaza es intolerable" y "no puede continuar", destacó.

Llegará un momento en que tengamos que decidir sobre una operación de gran escala porque no podemos sufrir que la tregua se incumpla continuamente", prosiguió Barak.

El ministro reiteró que, en caso de que sea necesario, se pasará de las palabras a los hechos porque el Ejército y las fuerzas de seguridad están "preparados para una acción decisiva, y esto será doloroso para la otra parte". No obstante, aclaró que sólo se debe elegir la acción militar "cuando todas las demás opciones han fracasado, y no al revés".

Por último, Barak recordó cómo tras la guerra que Israel libró contra Líbano hace dos años se dedujo que "actuar sin premeditación afecta a la seguridad del país". "Si surge la necesidad de actuar, actuaremos y triunfaremos", pronosticó.

Fuente: Europa Press

 
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